Top 10: instrumentos informales de Les Luthiers

Los 10 mejores instrumentos informales de Les Luthiers


Habiendo ya hecho un análisis técnico y estadístico de los instrumentos informales de Les Luthiers, ahora me toca explicar cuáles son los que me parecen los mejores, entre el total de 50 que ya hay. Cuáles son mis instrumentos favoritos:

10: Exorcítara

Categoría: Electrónico
Debut: El día del final
Espectáculo: Lutherapia
Año: 2008

Un instrumento de alto impacto visual

La exorcítara fue ideada y construida por Hugo Domínguez para la obra El día del final, del espectáculo Lutherapia (2008), en la canción del himno exorcista. Es un gran bastidor con forma de arpa, cuyas “cuerdas” las constituyen once tubos de luz de neón. La sección aguda consta de ocho tubos turquesa, que se articulan por su parte media, mientras que la sección grave la componen tres tubos fijos de color rojo.
Tres ejecutantes colocados detrás del instrumento (que no se ven) tañen los tubos con sus manos enfundadas en guantes blancos, como si fueran las cuerdas de un arpa. Visualmente, se genera un efecto similar del Teatro negro de Praga. Los tubos turquesas los ejecutan Carlos Núñez Cortés y Carlos López Puccio y los tubos rojos los toca Jorge Maronna.


9: Campanófono autoflagelador

Categoría: Percusión
Debut: Educación sexual moderna
Espectáculo: ¡CHIST!
Año: 2012
De este instrumento se hicieron dos versiones.

La primera, con el nombre de Campanófono a martillo, fue construida por Héctor Isamu, un técnico en electrónica, sobre una idea de Carlos Iraldi. Son tubos metálicos que al ser percutidos suenan como campanas. El instrumento posee al frente un teclado que acciona electroimanes, los que ponen en movimiento unos martillos que percuten sobre los tubos. Lo ejecutaba Jorge Maronna cuando hacía de monje consejero sexual en la obra "Educación sexual moderna" del espectáculo Bromato de armonio y en "El día del final" del espectáculo Lutherapia.
La segunda versión, mucho más teatral, llamada Campanófono autoflagelador, es obra del artesano Fernando Tortosa.
También posee tubos metálicos percutidos por martillos pero, a diferencia del anterior, carece de teclado; el ejecutante permanece arrodillado frente al instrumento y acciona los martillos halando cuerdas y poleas.  
Este prototipo lo maneja Carlos Núñez Cortés en la versión de "Educación sexual moderna" de la antología ¡Chist!
La versión "a martillo" también se usaba en esta obra, durante el espectáculo Bromato de armonio estrenado en 1996, pero el intérprete era Jorge Maronna. Ambos, en sus respectivos momentos, actúan como el monje castigado que debe componer un cántico sobre educación sexual para los jóvenes, llamado Guido Aglialtri. También hay que mencionar que, tras la jubilación de Carlitos, su lugar lo pasó a ocupar el "newthier" Tomás Mayer Wolf, quien se encargó de ejecutar este instrumento durante las últimas funciones de ¡Chist!
Yo, que armé el top, elegí esta segunda versión por tener un mejor diseño y un modo de ejecución más original, considerando que el anterior funcionaba por medio de un teclado, algo que ya existía en otros instrumentos de Les Luthiers, como la manguelódica y la mandocleta. También es por darle mérito al luthier y fan de este grupo, Fernando Tortosa, que empezó a colaborar con ellos en estos últimos años, y casi todas sus contribucioes en "luthierías" fueron geniales.

8: Órgano de campaña

Categoría: Teclado/Viento
Debut: Marcha de la conquista
Espectáculo: Luthierías
Año: 1981

Un órgano portátil pensado para caminar mientras se lo interpreta.

Este instrumento consiste en un órgano de tubos de plástico y fibra de vidrio (materiales de escaso peso) que va montado sobre una mochila, lo que permite al ejecutante desplazarse mientras lo va tocando. 
El teclado (eléctrico, alimentado con baterías) acciona electroimanes que a su vez abren los conductos que comunican a una cámara de aire con los tubos del órgano. Dos fuelles sujetos bajo los zapatos del intérprete proporcionan el aire y lo envían mediante tubos anillados a otro fuelle-reservorio, instalado en la parte inferior de la mochila. 
Fue construido por Carlos Iraldi y Carlos Núñez Cortés en 1981, y se lo empleó en una sola obra: la Marcha de la conquista. Su intérprete –Núñez Cortés- estaba obligado a caminar continuamente para asegurar el suministro de aire.

7: Mandocleta

Categoría: Cuerda
Debut: El zar y un puñado de aristócratas rusos huyen de la persecución de los revolucionarios en un precario trineo, desafiando el viento, la nieve y el acecho de los lobos
Espectáculo: Humor, dulce hogar
Año: 1985
Un instrumento móvil, construido en 1984 por Carlos Iraldi y Carlos Núñez Cortés.

Se trata de una bicicleta a la que se le adosó un bouzouki (especie de mandolina de origen griego). La rueda trasera lleva seis plectros que al girar tañen las cuerdas del instrumento, logrando un sonido de trémolo.

En el manubrio va montado un pequeño teclado de 1 y 1/2 octavas. Las teclas accionan, mediante un mecanismo idéntico al freno de las bicicletas, “dedos” mecánicos que aprietan las cuerdas de la mandolina. Eso permite al ejecutante tocar y cantar mientras conduce la bicicleta.

Se lo utilizó en la obra El zar y un puñado de aristócratas, parodia de opereta rusa estrenada en el espectáculo Humor dulce hogar (1985). Su intérprete es Carlos Núñez Cortés, haciendo el papel de Mijail, el correo secreto del zar Nicolás. Una década más tarde, reapareció en La princesa caprichosa, obra de Bromato de armonio (1996), como uno de los instrumentos que el duque Robin de la Parmentiere, nuevamente interpretado por Carlitos, usa para intentar seducir a la princesa Cunegunda de Rochester.


6: Marimba de cocos, o glockencoco

Categoría: Percusión
Debut: Música y costumbres de Makanoa
Espectáculo: Por humor al arte
Año: 1983

De las palmeras al teatro

Como su nombre lo indica, este instrumento es una suerte de marimba en la que las placas de madera fueron reemplazadas por 19 cocos de palmera, vaciados, calados y afinados cromáticamente, que suenan al ser percutidos. Para lograr una extensión de una octava y media hicieron falta dos años de paciente recolección de cocos de distintos lugares del mundo.
Fue construido por Carlos Iraldi y Carlos Núñez Cortés para ser utilizado en la obra Música y costumbres de Makanoa, estrenada en el espectáculo Por humor al arte (1983). Allí, Carlitos hace de nativo y ejecuta el instrumento. Más de una década después, él mismo volvió a tocarlo interpretando al duque Robin de la Parmentiere, que trataba de conquistar a la princesa Cunegunda de Rochester, en la obra La princesa caprichosa, de Bromato de armonio (1996). Cuando se refritó Makanoa en 2017, en marco del estreno de la antología Gran reserva, Carlitos sólo tomó su papel durante las primeras funciones, ya que se jubiló y le dio su lugar a Tomás Mayer Wolf.


5: Bass-pipe a vara

Categoría: Viento
Debut: Cantata Laxatón
Espectáculo: Festival de coros universitarios en Tucumán/¿Música? Sí, claro
Año: 1965-1966

Durante años, este instrumento informal, uno de los primeros que se construyó, fue un emblema de Les Luthiers. Hoy se sigue utilizando.

La versión inicial del bass-pipe a vara fue creada por Gerardo Masana en 1965 a partir de un conjunto de tubos de cartón, de los que se usan para almacenar rollos de tela. Se empleó en la primera presentación de Les Luthiers, en 1967, y desde entonces se lo utilizó en más de 30 obras.  

El instrumento se compone de cuatro tubos que pueden variar su longitud deslizándose dentro de otros de mayor diámetro, como el mecanismo de un trombón a vara. Eso produce una serie de sonidos sordos y graves. Para desplazar la vara, el bass-pipe estaba montado sobre un pequeño carrito con ruedas. Las versiones posteriores, construida por Carlos Iraldi, incluyeron, entre otras mejoras, ruedas de mayor tamaño.

Su ejecución no es nada sencilla. En un principio lo tocaba Gerardo Masana. Tras su fallecimiento, el intérprete pasó a ser Daniel Rabinovich, y actualmente es Horacio “Tato” Turano.


4: Alambique encantador

Categoría: Viento
Debut: Valdemar y el Hechicero
Espectáculo: Los Premios Mastropiero
Año: 2005

Un instrumento colaborativo, creado en base a copas y botellas.

Fue creado por Hugo Domínguez para ser utilizado en la obra Valdemar y el hechicero, del espectáculo Los premios Mastropiero (2005). Más específicamente, en la canción de la pócima afrodisíaca.

Está dividido en tres secciones, por lo que su ejecución requiere tres músicos en simultáneo.

La primera sección, la más aguda, consta de once copas de acrílico que poseen un reborde metálico, el cual, al ser tocado por los dedos del intérprete, dispara una onda electrónica de timbre similar al de una copa de cristal. De ésta se encargaba Carlos Núñez Cortés, haciendo el papel del criado Caliburnus.

La segunda sección consta de ocho botellas de plástico a las que se les ha quitado el fondo, y se las mantiene parcialmente sumergidas en cubetas de agua. Cuando las botellas son empujadas hacia abajo, el líquido que entra comprime el aire interior, forzándolo a salir por el cuello del recipiente a través de unas lengüetas de acordeón. Al soltarlas, gracias a un mecanismo de válvulas y resortes, las botellas vuelven a su posición original. Esta parte la toca Jorge Maronna, en el rol de trovador.

La tercera sección consta de cuatro grandes botellones, los cuales, por un mecanismo idéntico al de las botellas, generan las notas más graves del instrumento. Esta última sección le correspondía a Carlos López Puccio, que interpretaba al personaje del príncipe Valdemar.


3: Ferrocalíope

Categoría: Teclado/Viento
Debut: Fronteras de la ciencia
Espectáculo: Unen canto con humor
Año: 1994

Uno de los instrumentos más vistosos y de mayor potencia sonora de Les Luthiers.

Fue construido por Carlos Iraldi y Carlos Merlasino en 1994. Básicamente es una calíope (instrumento surgido en Estados Unidos a fines del Siglo XIX, que produce sonidos mediante un flujo de vapor que pasa a través de silbatos). En este caso, se incorporaron silbatos originales de locomotora.

El vapor proviene de tres calderas, en las que el agua es calentada por resistencias eléctricas. Un teclado, al frente del instrumento, acciona los silbatos y al mismo tiempo enciende una lamparita de color que ilumina el chorro de vapor.

Lo interpretaba Carlos Núñez Cortés haciendo de Asdrúbal García, que intentaba comunicarse con los marcianos en la obra Fronteras de la ciencia, del espectáculo Unen canto con humor (1994).


2: Bolarmonio

Categoría: Viento
Debut: Rhapsody in balls
Espectáculo: Lutherapia
Año: 2008

Creado por el artesano Fernando Tortosa, resultó ganador del Concurso de Instrumentos Informales que organizó Les Luthiers al cumplir 40 años, en 2007.

Básicamente, consta de 18 pelotas de vóley dispuestas en forma de teclado frente al ejecutante. Al ser oprimidas, dichas pelotas lanzan el aire a través de unas lengüetas de  armónica. Cada pelota tiene dos válvulas que regulan la transferencia de aire hacia la lengüeta. En la parte baja hay tres pelotas grandes que inicialmente eran una reserva de aire para las pelotas chicas, pero luego pasaron a cumplir una función meramente estética.

El instrumento es muy versátil y posee diversas aptitudes sonoras; permite ejecutar escalas, acordes, vibratos y trinos. Su intérprete es Jorge Maronna.

Para el estreno de Lutherapia, en 2008, se realizaron algunas modificaciones al instrumento original de Fernando Tortosa, y se lo incluyó en la obra Rhapsody in balls. Su intérprete es Jorge Maronna, quien desafía con el instrumento a Carlos Núñez Cortés a un canon de blues con el piano.


Menciones honoríficas:

  • Tubófono parafínico/silicónico cromático
  • Dactilófono, o máquina de tocar
  • Gom-horn da testa
  • Glamocot
  • Calephone
  • Desafinaducha
  • Nomeolbídet

1: Antenor, el robot musical

Categoría: Electrónico
Debut: Trío opus 115
Espectáculo: Hacen muchas gracias de nada
Año: 1979

Este es el instrumento más impresionante que hayan ideado Les Luthiers, no sólo una hazaña en luthiería, sino en robótica. Ya de por sí es impresionante la idea de un robot musical a fines de los años '70. No está en el primer lugar por ser el que suena más lindo, o el más versátil en cuanto a sonidos, sino por la idea y el contexto.

Este robot intervino en el Trío Opus 115 del espectáculo Hacen muchas gracias de nada (1979).

Su concepción y desarrollo, a cargo de Carlos Iraldi, fue avanzada para la época e implicó resolver múltiples problemas de ingeniería mecánica.

El robot pesaba 80 kilos y era alimentado por una batería de 24 voltios. Poseía 13 cornetas con altavoces y un grupo de tambores. Se desplazaba por el escenario, podía girar su cabeza y expresar emociones como alegría, enfado o tristeza. Era manejado por control remoto desde bambalinas por tres personas a la vez. Una controlaba el desplazamiento (uno de los asistentes/miembros del staff), otra las expresiones faciales (Daniel Rabinovich) y una tercera la parte musical (Ernesto Acher). En el escenario, lo que se veía era que el robot le pertenecía a Carlos López Puccio e intentaba controlarlo pero no podía. 

Sin embargo, no todo es positivo con este artefacto: era un prototipo poco confiable, que cada tanto se averiaba, y terminó quemándose y fundiéndose para siempre justo en la última función del espectáculo, en México, el 30 de noviembre de 1980. Mientras casi todo el cableado fue tirado a la basura, sobrevivió su "cabeza". Años después, en marco de la Expo Les Luthiers, Hugo Domínguez lo reconstruyó en parte para que los fans puedan verlo, y sólo era para exhibición. Se dice que, si se hubiera invertido incluso más presupuesto en él, y si se hiciera en la actualidad, estando la tecnología más avanzada, Antenor tendría 10 veces más funciones de las que tenía su prototipo. Es decir, Iraldi planeaba que Antenor hiciera muchas más cosas, pero en espectáculo sólo mostraba el 10% de sus funciones/sonidos.


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