Johann Sebastian Mastropiero
Johann Sebastian Mastropiero
Una muy pequeña aclaración: Esta es una biografía del personaje más conocido de Les Luthiers, Johann Sebastian Mastropiero. Muchos datos los inventé con el objetivo de hacer el relato lo más completo posible. Por ejemplo, sólo se sabe que nació un 7 de febrero, pero no de qué año, ni si murió, ni el lugar de ambos acontecimientos. Para este tipo de información, armé los hechos con el pretexto de que “fueron dichos por musicólogos que elaboraron hipótesis sobre los datos más misteriosos de Mastropiero”, o en base a rumores, que también los inventé yo. Sin embargo, la gran mayoría de la biografía fue escrita por la maravillosa mano del humorista Marcos Mundstock. También he de decir que algunos aspectos de la biografía son un tanto incoherentes y otros presentan algunos errores de redacción. Pero traté de hacerlo lo más prolijo que se pueda, así como de eliminar varios anacronismos.
Milán, Italia(?)
7/2/1886(?)-3/9/1967(?)
Período de actividad: 1909-1959
Giovanni Mastropiero nació un 7 de febrero de 1886 en Milán, Italia, aunque los musicólogos cuestionan el año de su nacimiento y su nacionalidad. Tenía una hermana menor, Clarita Mastropiero, que nació en 1901 y también practicaba música, pero no era su profesión. Además, tenía un hermano gemelo: Harold. Su nombre fue cambiado inmediatamente a Johann Sebastian por su padre luego de que los Mastropiero se fueran a vivir a Munich 3 meses después de su nacimiento. Sin embargo, no fue su único cambio de nombre, ya que firmó varias de sus obras con seudónimos. Mastropiero ha tenido muchas nacionalidades: la italiana, la alemana, la estadounidense e, incluso, la argentina. De niño, poseía una agraciada voz y muy temprano comenzó a cantar en la iglesia hasta que se despertó el sacristán. El bondadoso anciano, impresionado por su voz, lo llevó ante el maestro de capilla, un obeso sacerdote, su primer maestro de música y el que sembró en Mastropiero el deseo de componer alguna vez un cuento orquestal, que después sería "Teresa y el oso". Mastropiero, influido por su compositor de jazz predilecto, Count Baseball, a los 23 años tomó clases de música con el compositor vienés Franz Schutzwart, niño prodigio y profesor a los 4 años (nacido en 1905), y posteriormente con Wolfgang Gangwolf. Su período de estudio musical sería entre los años 1909 y 1912, en los que estudió con Schutzwart y Gangwolf, mudándose a Roma.
Período temprano (1909-1933)
El período temprano de Mastropiero se caracteriza por la importancia de la condesa Shortshot en sus composiciones
En Roma compuso sus primeras obras, los críticos comenzaron a apreciarlas cuando ya eran grandes hitos en la historia de la música. Por ejemplo, un conocido crítico se refirió a Mastropiero. Con estos términos, Mastropiero se ha creado fama de artista espiritual, pero con métodos poco claros. En los más prestigiosos foros internacionales, muchas veces se ha citado el fracaso de su primera ópera y primera obra: "Sión y el judío errante", basada en una vieja leyenda hebrea. Dicha ópera, estrenada en 1909, fracasó porque no describe con acierto los éxodos de dicho pueblo, por eso Mastropiero soportó abatido un fracaso. Por esos días, Mastropiero enfrentó grandes problemas: chocó con las vicisitudes más adversas que le tocaron en suerte y vivía acosado por las deudas. Por entonces, conoció a los condes de Freistadt y, cuando no podía más, acudió a la condesa, que lo conectó con el agregado cultural de la embajada de la República de Banania. Mastropiero trabajó durante un tiempo como músico oficial del gobierno de la República de Banania. En esos años, Banania era gobernada con mano firme por el general Eutanasio Rodríguez, llamado el "protectorísimo". Rodríguez había instaurado una dictadura en 1862 y se impuso como presidente de facto en 1873, persistiendo en el poder hasta su fallecimiento en 1915. A su iniciativa, se debió la creación de la "Biblioteca Nacional de los Derechos Cívicos", y además prometió que, cuando el pueblo esté lo suficientemente maduro, dicha biblioteca sería abierta al público. Una de las obras que se conocen de esta etapa de Mastropiero es la canción infantil, que compuso en 1910: "El conejito inocente"; en realidad, lo que se conserva es la versión censurada de la misma, cuyo texto dice: "Había una vez... y comieron perdices". También compuso ese año, sobre versos del mismo autor, una canción que no llegó a estrenarse titulada "Viva la libertad". Lamentablemente no se ha conservado el nombre del poeta, ni el poeta. Pero la partitura más importante de esta época de Mastropiero es la "Canción de homenaje a Eutanasio", que se estrenó en un solemne acto al año siguiente con la presencia del mismo. Luego de la horrible experiencia de Johann Sebastian en Banania, la condesa se apiadó de él y le costeó un viaje a Nueva York, donde vivía desde pequeño Harold Mastropiero, hermano gemelo de asombroso parecido con Johann Sebastian. Los mellizos Mastropiero, Johann Sebastian y Harold, sabían muy poco el uno del otro. Johann Sebastian tenía noticias de que su hermano pertenecía a la mafia y éste conocía la música de Johann Sebastian. Ambos estaban indignadísimos. Decidido a reconciliarse, Johann Sebastian se embarcó rumbo a Nueva York. Cuando el vapor estaba llegando a puerto, Johann Sebastian, acodado en cubierta, comento con el capitán: “Jamás me hubiera imaginado así a Nueva York”. “Tiene razón, señor, -le contestó el capitán- estamos llegando a las Canarias”. Unos días más tarde, el barco llegó, efectivamente, a la ciudad de Nueva York, y los mellizos Mastropiero se encontraron. Se reconocieron de inmediato. El parecido era tan notable que, durante toda la estadía de Johann Sebastian, los guardaespaldas de Harold no sabían a quién proteger y el mayordomo de Harold no sabía a quién atender. Harold Mastropiero explotaba un sórdido local en el que funcionaban un cabaret clandestino, un salón de juegos prohibidos y un centro de apuestas ilegales. Pero, en los fondos, funcionaba un almacén. Johann Sebastian compuso varias piezas de music hall que fueron estrenadas en el cabaret clandestino de su hermano Harold en el año 1912. Una de ellas es la denominada "Lazy Daisy".
Mastropiero regresó a Roma. Allí conoció a su nodriza por muchos años, Teresa Hochzeitmeier, musa de "Teresa y el oso". Cuando estaba por finalizar sus estudios conoció a la persona con quien vivió un romance varias veces y fue la musa de varias de sus más importantes creaciones: la condesa Shortshot. Se encontraron en una exposición de música organizada por Gangwolf y su familia en Viena en la que Johann Sebastian debutó. La condesa iba a todas las exposiciones ya que era amiga del maestro. Cuando Mastropiero conoció a la condesa, se dispuso a permanecer en Viena en vez de regresar a Roma, donde estudiaba, o a Munich, donde estaba su familia, para vivir con ella. Permaneció 10 años en Viena sin componer para dedicarse a estar con la condesa. Sin embargo, seguía dedicándose a la música, tocando en el piano, en varios lugares públicos, obras clásicas pertenecientes a otros compositores, aunque constantemente las mencionaba como suyas. En ese período nacieron los 6 hijos Shortshot ilegítimos de Mastropiero y la condesa, a los que les cambiaban el idioma del apellido en vez del apellido entero, para darles una pista para el futuro. El primero en nacer fue Giovanni Colpocorto, después les siguieron Patrick McKleinschuss, Johnny Littlebang, Mario Abraham Kortzclap, Rafael Brevetiro y Anatole Tirecourt, en ese orden. Por cada año, desde 1913 hasta 1918, nacía un hijo. En este período, Mastropiero y la condesa se tomaban varias vacaciones a distintos destinos europeos. Al idioma de donde nacía cada hijo se lo usaba para cambiarle el apellido. Así Colpocorto nació en Nápoles, Italia; Littlebang, en Londres, Inglaterra; Kortzclap, en Berlín, Alemania; Brevetiro, en Valencia, España, y Tirecourt, en Versalles, Francia. McKleinschuss fue una excepción y nació en Glasgow, Escocia, a pesar de tener apellido alemán. Algunos musicólogos incluso dicen que, de hecho, es alemán.
Mastropiero estaba tomando uno de sus habituales baños turcos en compañía de la condesa Shortshot, cuando de pronto fue presa de una arrobación mística; interrumpió su diálogo con la condesa y corrió por los pasillos gritando: “¡Quiero un pentagrama, quiero un pentagrama!”; “Quien lo hubiera dicho, tan hombre que parecía”, comentó apabullada la condesa. Mastropiero estaba con la condesa Shortshot, en los baños, cuando oyó una música celestial, que en realidad era la música funcional de los baños, y corrió desesperado a volcarla en el pentagrama. Así Mastropiero volvía a componer música, después de 10 años, ya que lo último que había compuesto era "Lazy Daisy". Johann Sebastian siguió corriendo hasta la calle y fue detenido; pero tuvo tiempo de escribir “Té para Ramona”, madrigal reminiscente opus 7, antes de que el comisario lo vistiera. Esta obra es también conocida como "Ramona para dos", "Ramona te para" o "Parate Ramona".
El director de cine Ralph Cocarda contrató a Mastropiero para la música de su western "El látigo y la diligencia", una de las primeras películas sonoras, estrenada a principios de 1927. De este encargo resultó el aire de danza homónimo, opus 12. Johann Sebastian le envió por correspondencia la partitura de la banda sonora, ya que estaba viviendo con la condesa en Viena, Austria; y Cocarda vivía en Los Angeles, Estados Unidos. Enterado del éxito de la película, se embarcó a París, donde la industria cinematográfica también era muy importante (y le quedaba más cerca que Los Angeles). Viviendo allí, trabajó como pianista acompañante de cine mudo, en el célebre "Vieux Royal", donde acostumbraba a reunirse la avant-garde intelectual. En esa época, una tierna y sorda adolescente, llamada Henriette, solía sentarse junto a Mastropiero en la estrecha banqueta del pianista, vigilada de cerca por su ciega madre, Madame Leforquière. Con Henriette a su lado, Mastropiero aporreaba el piano, ilustrando las películas, que eran mudas. Lo más destacado de esta etapa de Matropiero fue la música que compuso para acompañar un clásico del cine mudo estrenado en agosto de 1927 y dirigido por Dan Luther, muchas veces nominado, pero no ganador, de la candidatura a mejor director en numerosos premios de renombre internacional: "Kathy, la reina del saloon", además de su "Blues para solo de piano", opus 14; y su afamado Aleluya, por encargo para los músicos de la Catedral de Notre Dame; ambos compuestos sin haber sido encargados para formar parte de una película muda y estrenados el mismo año. A fines de ese año regresó a Viena para pasar unos meses más con la condesa.
Mastropiero compuso al año siguiente su "Ciclo de sonatas para violín y piano", opus 17, para el dúo formado por el violinista Rudolff von Lichtenkraut, y su esposa, la pianista Gundula von von Lichtenkraut, radicados en Praga. La primera sonata del opus 17 está compuesta con pasión y arrebato; apasionada al estilo de los compositores románticos en general, y arrebatada a algunos de ellos en particular. Durante el estreno de esta primera sonata, el 5 de enero de 1928, se produjo un verdadero escándalo; mientras unos silbaban y abucheaban, el resto se retiraba de la sala. En la primavera siguiente, Mastropiero viajó a Praga y conoció personalmente al matrimonio von Lichtenkraut. Para Johann Sebastian, ver a Gundula, enamorarse perdidamente, caminar toda la noche desesperado a orillas del Moldava, pasar dos días borracho en una taberna, y componer durante una semana la sonata Nº 2 del opus 17 pensando en ella fue todo cuestión de un instante. La noche del estreno, Gundula lanzaba miradas hacia el palco ocupado por Mastropiero, que parecían indicar que ella tampoco permanecía indiferente. En esta sonata Nº 2, el compositor, reflejando sus sentimientos por Gundula, otorgó el lucimiento mayor a la parte del piano, como pudo comprobarlo el público de Praga en la noche de su estreno. Gundula, fiel al respeto debido a su esposo, sentía que no podía corresponder a los requerimientos amatorios de Mastropiero; hasta que una tarde, comprobó que podía perfectamente. Los encuentros entre Gundula y Johann Sebastian se hicieron cada vez más frecuentes, y la vorágine pasional que vivieron ambos se refleja en la sonata Nº 3 del opus 17 de Mastropiero, que el matrimonio von Lichtenkraut estrenó en el otoño siguiente con la presencia del compositor. Llamó la atención del público de esa noche, la excesiva importancia asignada por Mastropiero a los solos de violín. Rudolff descubrió el engaño. Increpó duramente a Mastropiero: mencionó la palabra "duelo" y dijo algo acerca de sus padrinos; ante la pasividad de Johann Sebastian, mencionó la palabra "cerdo", y dijo algo acerca de su madrina. Entonces, Johann Sebastian reaccionó, y enfrentando a von Lichtenkraut le dijo: "¿qué nos está pasando, Rudy?". Von Lichtenkraut le arrojó un guante a la cara. Mastropiero comprendió entonces que ya no podía rehusar el desafío. Al día siguiente, envió a sus padrinos a concertar un duelo con von Lichtenkraut, puso en orden sus papeles, escribió una patética carta a Gundula y huyó de Praga. Gundula, desilusionada y arrepentida, volvió a los brazos de Rudolff, más enamorada que nunca. Mastropiero, resentido con ambos, compuso en diciembre de ese año la sonata Nº 4, última del opus 17, con extrañas indicaciones en la partitura, que Gundula y Rudolff von Lichtenkraut, forzados por contrato a ejecutar su música, se vieron obligados a respetar. Al regresar a Viena, Mastropiero no le contó nada a la condesa.
Mastropiero ganó fama y dinero con su música para cine que compuso dos años antes, pero pronto se cansó de los bienes materiales y se retiró del mundanal ruido. Abandonó por un tiempo a la condesa Shortshot y se fue a meditar a una solitaria mansión campesina con cuatro modelos amigas, iniciando así su "período bucólico". Por fin pudo dedicarse de lleno, en la tranquilidad de ese paisaje agreste, a la creación y a la experimentación. También componía música. El campo, como era de esperarse, dio sus frutos. Sus canciones de vaqueros quedaban atrás. En la evolución espiritual de Mastropiero se operaba una gradual sublimación: de la ganadería a la agricultura. La culminación de su experiencia bucólica es su canción levemente obscena opus 21 N° 3 “La consagración de la primavera”, también conocida como "El polen ya se esparce por el aire". Dijo el crítico musical del prestigioso periódico madrileño "¡Estas son corcheas, hostia!": “Es la obra más importante de toda la historia de la música”. Pero Johann Sebastian jamás se envaneció por este elogio, por su natural modestia y porque el crítico madrileño se refería a la obra de Stravinski del mismo nombre. Esta canción pertenece a su "Ciclo de canciones levemente obscenas", opus 21, compuesto en 1929. En los días de lluvia, cuando no podía realizar sus paseos por la campiña, Johann Sebastian se sentaba al clave y entonaba para sus cuatro amigas aires populares de sabio contenido; utilizaba delicadas metáforas, sin caer jamás en la nota chabacana. Les decía, por ejemplo: "Chicas, debéis aprender a evitar situaciones embarazosas", acompañando sus palabras con un recatado guiño. Pero su consejo predilecto se refería a unos mágicos comprimidos que según la creencia popular ahuyentaban geniecillos blancos y desorientaban a las hormonas. De este período es su "Cantata de la planificación familiar", opus 22. Son sus partes: "Desconfíe del ciclo natural", que es un allegro, "La confianza mata al hombre", que es la coda del allegro, y "Calypso de las píldoras", finalle presto. Es conocida por la versión de la Camerata Tropical de Les Luthiers.
Después de la experiencia bucólica de Mastropiero, él y la condesa se tomaron una temporada en Salta, en el norte argentino. La condesa organizaba en su castillo desenfrenadas peñas folclóricas, en las que abundantes empanadas eran rociadas con un extraño vino, cuyo origen nadie conocía, y que transportaba a los contertulios a eufóricos y alucinados estados de éxtasis. A todos llamaba la atención el curioso envase del licor, en forma de ampolla. Hasta que una noche, el marqués de SAdE (Sociedad Argentina de Escritores) exclamó: “¡Este vino está ácido!”; la condesa Shortshot tuvo entonces que revelar su secreto, con un gracioso mohín de ama de casa halagada, dijo: “El vino no está ácido, es ácido”. La fiesta continuó más animada que antes al compás de la música de Mastropiero quien, a pesar de su retiro momentáneo, seguía ocupando el recuerdo de sus amigos y las fantasías bastante inconfesables de la condesa. El ácido lisérgico se sintetizó por primera vez por un científico años después, pero la condesa en realidad había descubierto esta droga y nunca pensó en solicitar a los científicos que la analicen y la utilizó para sus intereses personales. Por esa época, Mastropiero estaba corto de inspiración y estaba dispuesto a todo con tal de recuperar su fertilidad creadora. Recurrió a médicos, curanderas, profesores de gimnasia y predicadores, pero fue en vano. Finalmente creyó encontrar la solución a su problema en una droga: el ácido lisérgico de la condesa. Ya desde la primera aplicación, Mastropiero notó una gran mejoría, sintió que las ideas musicales le brotaban a granel y se lanzó a la composición de un monumental poema sinfónico-coral titulado "Viaje por el Cosmos, cuándo y dónde" que comenzaba con un impresionante preludio para orquesta sinfónica y barítono obbligato denominado "Cantá o te mato". Le seguía un espectacular coro a ocho voces mixtas con el nombre de "Transmite LSD, en el aire las veinticuatro horas del día". Luego de un breve interludio irrumpía el aria de soprano: "Te veo todo azul y te amo, esas pastillas que me diste son bárbaras" y la obra finalizaba con un impresionante movimiento a cargo de los solistas, el coro y la orquesta, un verdadero fresco sonoro, elaborado sobre la frase: "Adiós, adiós, resfríos y tos". Pero cuando Mastropiero recuperó la lucidez, cuando pasó el efecto del ácido, se encontró con la triste realidad; releyó ansioso los pentagramas que había escrito y descubrió que su monumental poema sinfónico-coral se reducía a un breve estudio para guitarra, bombo y quinteto masculino en tiempo de chacarera. El resultado fue su "Chacarera del ácido lisérgico", tradicional alucinógeno opus 24. Debido a que no mucha gente escuchó esta chacarera, pasó desapercibido el descubrimiento del LSD de la condesa y Mastropiero, hasta que lo sintetizaron los científicos años después. Fue difundida esta chacarera por la versión grabada por el Ensemble Telúrico de Les Luthiers, varios años después del descubrimiento oficial de este ácido.
Johann Sebastian había comenzado a extrañar intensamente a la condesa Shortshot. Enterado de las reuniones folclóricas que se realizaban en el castillo de ésta y presa ya de una tremenda nostalgia, le envió a la condesa una zamba, compuesta especialmente, acompañada por guitarras y algunas líneas. La carta comenzaba diciendo: "Querida Condesa Shortshot, de mi mayor consideración: sobre versos del gran poeta salteño Pantaleón Rosales, basados en la recopilación que el folclorista tucumano Zenón Wenceslao Prado realizó de las famosas coplas de “Dolor y ausencia”, encontradas en un rancho abandonado de Santiago del Estero por el famoso vate catamarqueño Zoilo Pardales, y atribuidas al legendario arriero y payador riojano Venancio Ríos, quien peleara en las montoneras del temido caudillo sanjuanino Filemón Antenor Pérez, he compuesto esta zamba que aquí le envío. Espero que mientras yo no esté allí, encuentre Vd. a alguien que se la toque, en su versión completa". Mastropiero se estaba refiriendo a su “Zamba de la ausencia atormentada” sobre ritmos autóctonos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, opus 25. Por esa época, Mastropiero compuso su "Quinteto para vientos", opus 28, que consta de tres movimientos, el primero de ellos, "Rondó allegro", el segundo, "Andantino grazioso", y el tercero, "Allegro piacevole, ma con un attimo di nostalgia meridionale, senza perdere di vista il chiaro rallentando delle passioni umane e il fiato semplice delle luminose mattine ove gli uccelli felici cantavano, lasciate ogni speranza, oh voi che entrate, assai". Los manuscritos originales del primer y segundo movimiento de este Quinteto se consideraron irremisiblemente extraviados durante muchos años, pero quiso la suerte que fueran encontrados por el célebre musicólogo italiano Silenzi de Bianca, quien dedicara gran parte de su vida a la búsqueda de estas partituras en cuestión. Lamentablemente él también las perdió.
Mastropiero se sentía intrigado por Buenos Aires. Cuál no sería su sorpresa al llegar en 1930 a Buenos Aires y comprobar que sus habitantes se sentían el ombligo del mundo. Pronto descubrió que la tan mentada arrogancia de los argentinos tenía sus altibajos. En efecto, a veces se sentían los mejores de América Latina, pero a veces también se sentían los mejores del mundo. Le llamó la atención su orgullo por tener el río más ancho, la calle más larga, alguno hasta se jactó de que los enanos argentinos eran los más altos. O la difundida creencia de que "Dios es argentino", y que cuando el Señor anunció "Buenos Aires será la reina del Plata", un coro de porteños se lamentó: "¿cómo de Plata? ¡qué macana, salimos segundos!". Allí compuso su célebre ópera bilingüe "Cardoso en Gulevandia" en gulevache, idioma prácticamente extinguido. Posteriormente, se sintió atrapado por la música de Buenos Aires. Respecto del tango, lo ignoraba todo, jamás había compuesto uno. Y el que lo inició en su amor por el tango fue el famoso malevo y cantor de los arrabales, Celedonio Nicanor Compagnucci. Influido por este cantor, Mastropiero compuso algunos tangos, y comenzó a ganarse la vida tocando el piano en un local de los bajos fondos, frecuentado por promiscuas alternadoras y mujeres de la calle. Trabajaba en ese antro tres noches por semana, hasta que comenzó a concurrir todas las noches. Ahí no pudo resistirlo más; demacrado y enfermo, se marchó de Buenos Aires con rumbo a Italia. Al desembarcar lo esperaba el cardenal Gemmelli, para invitarlo a tocar en el Vaticano esa misma noche. Ya en el carruaje que los trasladaba, el cardenal le preguntó: "Dígame, maestro, ¿trae alguna partitura de música sacra, algún Aleluya de los que usted solía componer con tanta unción, o un Credo, o un Magnificat?, en latín, claro..." Mastropiero tragó saliva. "Bueno, eh... justamente tengo un Gloria, sí..., un Gloria que todavía no ha sido estrenado..." Pero la verdad era otra. En su maleta tenía solamente los tangos que había compuesto en Buenos Aires. Una vez llegados al Vaticano, Mastropiero modificó apresuradamente una de sus partituras (precisamente al tango "Gloria García"), le agregó como pudo el texto en latín, entregó su parte a cada músico y la interpretó ante el Sínodo. El impacto en los obispos fue tremendo. Inmediatamente Mastropiero fue excomulgado. Los guardias suizos arrojaron por la ventana las partituras, los instrumentos y a Mastropiero.
Johann Sebastian Mastropiero, después de su horrible experiencia en el Vaticano, volvió al castillo de la condesa Shortshot, que se había ido de Salta sola. Las nieves del tiempo habían plateado su sien. Lo atendió un viejo criado, quien tan solo por la voz lo reconoció. A la dama, noble viuda de un guerrero, no le importó su pasado. Se confundieron en un abrazo, la condesa quedó con los brazos extendidos y Johann Sebastian abrazó a la criada. Tres meses más tarde nacía un hijo de Mastropiero y la condesa. "Los hombres me han hecho mal", dijo la condesa, a lo que respondió Mastropiero: "Los hombres me la han hecho bien". Pero se resignó a reconocer a la criatura como propia. Es así como se volvió este recién nacido uno de los Ramírez. "No te quejes Johann, es natural", dijo ella. "Sí, por eso me quejo", respondió el compositor, y dedicó a la criatura una canción de cuna: Berceuse, opus 36. Reflexionó amargamente el músico: "Nunca se sabe de dónde le puede llegar la inspiración a un artista".
Mastropiero engañaba cada vez más seguido a la condesa; así dedicó el que denomina como "su único ballet", en cinco escenas opus 37: "El lago encantado", a una de las mujeres con las que engañó a Shortshot, Teodora Fluckweidel. Teodora estimuló y apoyó a Mastropiero durante los momentos más difíciles de la composición de esta obra. La música de "El lago encantado" fue pensada especialmente para el baile. Teodora, su compañera de épocas duras, tenía las condiciones ideales de musa. Pasó parte de su juventud en Canadá. Cuando él publicó aplaudía a Teodora se le llenaban los ojos de lágrimas. Mastropiero llegó a las cumbres más altas, bajas ante su estatura musical. Para su estreno en países de habla inglesa, el título era "The Sue Ann Lake"; Sue Ann, también nombre de la personaje principal, hace referencia a la bailarina Sue Ann Morgan, amante de Mastropiero junto a Fluckweidel (engañaba a las dos y a la condesa, al mismo tiempo). Mastropiero extrañaba tanto a la condesa que abandonó a Fluckweidel y a Morgan, pero después se enamoró de varias mujeres nobles en ausencia de Shortshot. A partir de entonces, había días que Mastropiero quería estar con ella y otros días que salía con otras mujeres.
En Mozart encontró Mastropiero el modelo formal que inspiraría su famoso "Cuarteto para cuerdas", opus 44, conocido como "A Matilde". Mastropiero se sentó al piano dispuesto a componerlo y a su balada "A la playa con Mariana", encomendada por la duquesa Sofía von Stauben, abnegada protectora y amante de Mastropiero. Ella pertenecía a la misma rama prusiana de los von Stauben a la que pertenece otra duquesa de igual nombre, que fue la abnegada protectora de Mozart y chozna de la amante de Mastropiero. Ella era una de las amantes de Mastropiero mientras estaba lejos de Shortshot. De repente, a Mastropiero le pareció ver la silueta de un extraño animal meneándose en la ventana de su estudio. Un poco asustado, llamó a su mayordomo, un corpulento galés que había trabajado en las minas de carbón de la Thompson & Company, hasta poco antes de la misteriosa desaparición de uno de los dueños, el anciano Henry Company. El mayordomo, luego de inspeccionar el lugar le dijo a Mastropiero: "Señor, la silueta que usted vio no se menea, sino que está inmóvil, no está en la ventana, sino en un viejo cuadro al óleo, y no se trata de ningún extraño animal, sino de su tía Matilde". Algunos musicólogos opinan que en el cuadro no estaba la tía Matilde, sino que la duquesa Sofía von Stauben. Mastropiero, recuperado del susto, inició la composición de su cuarteto para cuerdas y su balada.
Lejos de la condesa Shortshot y von Stauben, Mastropiero se enamoró de la archiduquesa Úrsula von Zaubergeige. La noche en que Mastropiero conoció a la archiduquesa la invitó a dar un paseo por los bosques de Viena, pero Úrsula rehusó por considerarlo prematuro y un tanto atrevido; sin embargo, ante la insistencia de Mastropiero, accedió, y ambos salieron. Ya en ese primer paseo, Johann Sebastian descubrió que la erguida y exhuberante archiduquesa le recordaba a la condesa Shortshot, por una parte, y a su propia madre. Preocupado, Mastropiero sintió una irrefrenable necesidad de hurgar en el tema. Leyendo libros de psicología, adquirió Mastropiero los primeros confusos conocimientos. Supo entonces que el complejo de Edipo se origina en la atracción del hijo hacia su madre. También averiguó que la inclinación de una hija por su padre se denominaba "complejo de Electra". Entre los libros que leyó Mastropiero durante esta época lo impresionó especialmente el tratado de Wilhelm Kreutzer "El complejo de Edipo en los ovinos, o la madre del borrego", y también el volumen del psicoanalista cubano Arnulfo Pérez Campos, titulado "Sin complejos, mamacita". Resultado de estas experiencias de Mastropiero y de sus estudios de música juglaresca fue la composición de su "Epopeya de Edipo de Tebas", cantar de gesta opus 47. Su versión más conocida es la grabada por el Combo Medieval de Les Luthiers. Después de su salida con la archiduquesa, Mastropiero la dejó para volver con Shortshot.
Un científico que atrajo la atención de Johann Sebastian Mastropiero fue el famoso matemático Thales de Mileto. Johann era un apasionado de la geometría, aún desde sus épocas de estudiante. Por ejemplo, jamás pudo aceptar que las paralelas no se cortaran, hasta el extremo de negarse, temeroso, a viajes largos en tren. "Algo me dice que las paralelas se cortan en el infinito", solía reflexionar. Las paralelas, en efecto, lo apasionaban. Era capaz de permanecer largas horas contemplando los pentagramas vacíos, especialmente cuando no se le ocurría nada que escribir. Solía decirle a la condesa de Shortshot, en los íntimos momentos de regocijo amatorio: "Condesa, nuestro amor se rige por el Teorema de Thales: cuando estamos horizontales y paralelos, las transversales de la pasión nos atraviesan y nuestros segmentos correspondientes resultan maravillosamente proporcionales". Compuso así Mastropiero su "Teorema de Thales", opus 48. Este divertimiento matemático se lo dedicó a la condesa en una carta. Son sus movimientos: Introducción, Enunciazione in tempo de minuetto, Hipótesis agitata, Tesis en tiempo de Habanera, Demostrazione ma non troppo, Corolario y Finale prestissimo o finale presto con tutti. Su versión más conocida es la grabada por el cuarteto vocal "Les frères luthiers".
La obra sinfónica tal vez más significativa del compositor es la que compuso por esta época: el scherzo concertante "El alegre cazador que vuelve a su casa con un fuerte dolor acá", opus 53. Johann Sebastian compuso esta obra como homenaje a Shortshot, su verdadero numen inspirador; es un tributo a las horas felices compartidas, que en general eran las horas de la siesta.
Mastropiero y la condesa regresaron a Salta por otra temporada más al año siguiente, serían sus últimas vacaciones juntos y el último momento que pasaron juntos. Ahí nació el último de los hijos ilegítimos de Mastropiero: Alberto Luis Daniel Ramírez. Johann Sebastian compuso durante esta época su "Concerto grosso alla rustica", opus 58, conocido por la versión del Concertino Puneño de Les Luthiers y el Ensamble Musical de Buenos Aires, y también por la versión del conjunto Lava Andina. Algunos musicólogos creen que esta obra es opus 57, así ocurre también con otras de sus obras debido a la poca precisión con la que se rescató la historiografía de Mastropiero. La composición de esta obra fue inspirada por un extraño poema encontrado en las ruinas del Pucará de Tilcara, en la Quebrada de Humahuaca, atribuido al poeta barroco veneciano Torcuato Gemini, que había debido huir de su tierra, perseguido por sus ideas. Justamente, Gemini se había exiliado en la Quebrada de Humahuaca, más precisamente en la localidad de Tilcara. Este concierto grosso se denomina "alla rustica" porque fue dedicado por Mastropiero a una hermosa campesina de la baja Italia y porque traduce en forma abreviada la dedicatoria que hizo Gemini de su poema a una opulenta doncella del altiplano y que decía: "Con certo sentimento d'amore alla signorina grossa e rustica". Son sus movimientos: allegro, adagio tranquillo, y allegro ma non tropo.
Mastropiero toda su vida bebía, y cada vez que lo hacía se abstenía a componer. Sin embargo, un día compuso su oratorio para niños "Las ratas", opus 60, estando ebrio. Ese día Mastropiero se hallaba en pleno delirium tremens; en sus visiones se le aparecían terremotos en la India, guerras en Europa, niños hambrientos en África, y un hombre de voz chillona que vaticinaba diluvios, temporales. Apagó el televisor. Volvió a sus alucinaciones habituales: las ratas. Se le presentaban, una vez más, la rata Renata y la rata Rita, con una historia de ratas expulsadas del reino. La fábula lo cautivó, y se lanzó a componer dicho oratorio. Compuso con tal entusiasmo y celeridad, que al verlo trabajar nadie habría creído que estaba totalmente borracho. La mayoría de los musicólogos consideran que este oratorio es opus 61, pero este número le corresponde a la "Candonga de los colectiveros", compuesta poco después. Justamente por eso y por a veces otorgarle a la "Candonga de los colectiveros" el opus 28, es considerada, junto con su "Trío para violín, violonchelo y piano", la obra más compleja en el sentido de descifrar su posición en la cronología de obras de Mastropiero.
Johann Sebastian Mastropiero se fue solo de viaje a Concordia, en la provincia de Entre Ríos, en busca de inspiración; añoraba a su grupo de amigos y extrañaba a la condesa Shortshot, con quien estaba pasando sus últimos momentos estando juntos. El músico sentía acercarse la hora del retorno a su ciudad. Su obra reflejaba ese acercamiento a la urbe de sus deseos, sentía en sus sienes latir un ritmo de milonga, se abalanzó sobre el pentagrama, intentó escribir una, pero compuso un candombe, su "Candonga de los colectiveros", opus 61. Su versión más conocida es la del Pro Música Orillera Group de Les Luthiers. Un dato curioso es que algunos escritores de la biografía de Mastropiero creen que, en realidad, su número de opus es 28, lo cual es incorrecto porque a ese número le pertenece su "Quinteto de vientos". De la unión de los dos ritmos Johann Sebastian dio a luz un nuevo pulso musical: la candonga.
La condesa descubrió la escasa fidelidad de Mastropiero hacia ella y se separó de él. Luego de la separación de su querida Condesa Shortshot, Johann Sebastian Mastropiero se fue a París para tranquilizarse y olvidar a la condesa, pero sintió que la inspiración escapaba de su mente. Sintió que comenzaba para él un difícil período de pobreza musical. Es por esta época en que a Mastropiero lo persigue la carencia de ideas. Pero él, consciente de su total impotencia creativa, toma tres decisiones fundamentales: aceptar el cargo de Superintendente Musical de la comuna, dedicarse a la crítica musical y dirigir un conservatorio. Es tal su falta de inventiva en esta época de su vida que, no ocurriéndosele nada mejor, decide bautizarlo Centros de Altos Estudios Musicales "Manuela", en honor a la portera de la vieja casona donde comenzó a funcionar. Alumnos de Mastropiero en el "Manuela" fueron todos los hijos Shortshot, menos Anatole Tirecourt, que se volvió boticario. También estudiaron en el "Manuela" los célebres compositores Rudecindo Luis Santiago, Nepomuceno de Alfa, Serguei Dimitri Mpkstroff y Dorival Lampada "Lampinho". Mientras los hijos Shortshot de Mastropiero estudiaron en el primer año del "Manuela", los estudiantes que no fueron hijos de Mastropiero estudiaron en el segundo año y compusieron en conjunto el "Vals del segundo", bajo la supervisión de Mastropiero. Como fue mencionado, el "Manuela" funcionó durante dos años: 1932 y 1933. Mastropiero enseñó a sus hijos y alumnos sobre ritmos folclóricos que aprendió en el norte argentino, jazz, tango y música clásica. A pesar de eso, Lampinho llegó al Manuela con ritmos brasileños. Compuso una primera versión de su "Bossa nostra", nada parecida con la versión que publicara y grabara varias décadas después, cuando la bossa nova surgió e inspiró a Lampinho para reescribir su obra. En el primer año que funcionaba el "Manuela", Mastropiero intentó renovarse abrevando en nuevas fuentes musicales y emprendió una gira por Europa. Principalmente en París, donde estaba radicado, tomó contacto con las últimas novedades musicales, gracias a la amabilidad de una hermosa dama: Madame Petitcoup. Impactado por el clamoroso éxito de "Boleró", obra de un joven compositor francés, decidió hacer un arreglo y adaptación del mismo, para dedicarlo a su bella dama. Después de varios meses de elaboración, que involucraron un muy breve viaje de Mastropiero a La Habana, Cuba para aprender las propiedades del bolero y otros ritmos como el merengue. Prácticamente no quedaba nada del material original y la obra, aunque muy pocas veces escuchada, pasó a la historia como "El bolero de Mastropiero", opus 62. Mastropiero destacó la volubilidad de Madame Petitcoup, y el constante vaivén entre felicidad y tristeza provocado por la dama. Fue por aquellos días en que Mastropiero, quizás a modo de consuelo, acuñó su célebre frase: "La vida es el constante fluir de los opuestos: odio y amor, placer y dolor, Ortega y Gasset". Su versión más conocida es la grabada por la Camerata Tropical de Les Luthiers. Mastropiero, en medio de su desesperación por falta de inspiración, comenzó a deprimirse y perdió sus ganas de estar con Petitcoup y, en general, con las mujeres. De repente, sintió que la llama de la inspiración volvía a iluminarlo, y se lanzó a escribir febrilmente llenando hoja tras hoja un quinteto de vientos. Grande fue su desilusión, el día del estreno de la obra, pues se dio cuenta que ese quinteto para vientos era el mismo que él había compuesto varios años antes. La silbatina del público, visiblemente defraudado, aumentó la depresión de Mastropiero, quien comentó amargado: "No comprendo cómo mi Quinteto, después de tantos años de éxitos, viene a fracasar justamente el día del estreno". Al año siguiente, Mastropiero, agobiado por los fracasos, perdida la fe, estaba a punto ya de resignarse definitivamente hasta que cierto día se produjo el milagro, y el portador de la buena nueva fue su hijo boticario Tirecourt quien, tal vez sin saber que estaba devolviendo un genio a la humanidad, extendió amablemente aquel frasco diciendo: "Maestro, ¿por qué no prueba con esto?" Mastropiero reconoció de inmediato aquel frasco y leyó con voz trémula el texto de la etiqueta: "Laxatón". De inmediato acudieron a su mente recuerdos de muy felices momentos compartidos con el noble producto. Tan bellos recuerdos no podían menos que iluminar a Mastropiero y así provocaron el glorioso despertar de su musa inspiradora. Mastropiero compuso así su célebre "Cantata Laxatón". A diferencia de otras cantatas, destinadas a los oficios de determinados días del año, "Laxatón" propende a un cotidiano alivio de las tensiones interiores. Su versión más conocida es la del Coro y Orquesta del Cotolengo de Santa Eduviges. En su éxtasis, recordó que la Asociación Internacional de Prensa Filmada le había encargado una obra en homenaje a los Noticiarios Cinematográficos y comenzaron a resonar en su interior los acordes de su nueva y monumental obra, el oratorio "Los Noticiarios Cinematográficos". Mastropiero entró corriendo al "Manuela" y anunció a gritos la inmediata iniciación de los ensayos que él mismo iba a dirigir y, mientras comenzaban febrilmente los preparativos, vació de un trago el contenido de la botella que le diera el boticario. Los ensayos los tuvo que dirigir Colpocorto, pero Mastropiero era feliz. Era el final del período más duro de su vida. Para garantizar el éxito de "Los noticiarios cinematográficos", realizó una gira mundial, haciendo apariciones públicas tocando sus anteriores obras y realizando una compleja investigación periodista. Esto haría a su oratorio mucho más realista. Entre los lugares que visitó están los Alpes austríacos, el norte argentino, la república de Feudalia, Tokio y Buenos Aires. Durante su corta estadía en Feudalia, compuso también la "Canción a la Independencia de Feudalia". Gracias al éxito de "Los noticiarios cinematográficos", Mastropiero superó su falta de inspiración y la ausencia de la condesa. Así también renunció a los cargos de director del "Manuela", Superintendente Musical de la comuna y crítico musical para regresar definitivamente a componer música. Sin embargo, el oratorio fue censurado en Buenos Aires hasta 1943 debido a sus referencias satíricas a la "Conquista del Desierto", así como también a la asunción de los Ministros de Feudalia.
Período medio (1933-1945)
El período medio se caracteriza por una relativa mejora de la calidad de la producción de Mastropiero gracias a su experiencia dirigiendo el "Manuela" y por sus muy constantes viajes y cambios de residencia
Mastropiero ha compuesto en 1934 música para la campaña electoral del doctor Alberto Ortega García, porque el doctor Alberto Ortega García siempre supo poner por encima de los mezquinos intereses partidistas, los supremos intereses personales; porque cada vez que lo creyó necesario, no vaciló en dividir a su propio partido, hasta convertirlo en el más partido de todos; porque es un prohombre respetado por propios y ajenos, insobornable custodio de lo propio, inflexible amigo de lo ajeno, y por último, porque es incapaz de una traición, es incapaz de una falsa promesa, es básicamente incapaz. Así compuso su "Música proselitista en do mayor", opus 68. La campaña duró los meses de febrero y marzo de 1934 y las elecciones, ganadas por Rodríguez (rival de Ortega García), ocurrieron el 4 de abril.
También compuso su merengue "El negro quiere bailar" con lo que aprendió en su corto viaje a Cuba sobre dicho ritmo.
Por esta época inició el "período gitano" de Mastropiero. En ese entonces Mastropiero comenzaba a componer su cuento orquestal para la niñez "Teresa y el oso". El compositor ha concebido su cuento orquestal "Teresa y el Oso", como un homenaje a su propia infancia. Concretamente, los personajes de Teresa y el Oso están inspirados en Libi y Dini, los dos ositos de felpa de Mastropiero, y en Teresa Hochzeitmeier, su nodriza varios años atrás. Con ellos durmió hasta los 5, 7 y 26 años, respectivamente. Johann Sebastian tomó a su servicio a la gitana Azucena. Pero la tuvo que despedir porque Azucena le tiraba la ropa y le leía las cartas. Azucena le rogó a Mastropiero que no la echara y le contó que había perdido a su novio, Volax, cuando estaban por casarse porque huyó al verla. A pesar de haberlo perdido, esperaba un hijo suyo. Mastropiero, conmovido por el relato, permitió que Azucena siguiera en su casa. Tiempo después la gitana tuvo un robusto varón de Vólax. Cuando nació su hijo, Azucena lo llamó Azuceno, como era natural. Mastropiero tomó al niño bajo su protección y le dio su apellido. Azuceno Mastropiero, el único hijo reconocido de Mastropiero, estudió música guiado por su padre, llegando a tener una experiencia musical en toda América, haciéndose amigo del compositor de jazz King Ballonpie en Estados Unidos. En una gira a Argentina, su padre le escribió por la idea de componer juntos una ópera sobre Romualdo XI de Castilla y le pedía a Azuceno que a su regreso de la Argentina le llevara de regalo un par de castañuelas. Azuceno, por fin regresó junto a su padre y, juntos, compusieron la ópera "Il sitio di Castilla", inspirada en un hecho histórico, recogido por leyendas populares, que luego cantaron los famosos tenori castrati, que tienen su origen en el medioevo. De allí tomaron el argumento los cómicos de la legua y fue representada en distintas versiones por los cultores de la Commedia dell'Arte hasta que Ferruccio Portimiglia lo convirtió en poema épico bajo el título de "Ma come, un altra volta?". Todos los ejemplares de "Ma come, un altra volta?" se perdieron en la inundación de Florencia de 1712, menos uno, que se perdió en la de 1713. Sin embargo, afortunadamente, esta pérdida pudo ser reparada gracias a un ex saltimbanqui de nombre Giangiuseppe Ognialtri. Ognialtri reconstruyó de memoria buena parte del poema durante su reclusión en el hospicio de Santo Toscano Pazzo. En la versión de Ognialtri se inspiró el dramaturgo y poeta español Ramiro Cildáñez, el duque de Oliva, para componer su tragedia "Don Cándido o la Fuerza de la Costumbre", también llamada "¡Una vez más estamos sitiados, hostia!". En la tragedia del duque de Oliva se inspiraron Camiluzzi y Caldocane, los libretistas de Mastropiero, para escribir "Il sitio di Castilla". El compositor, sin estar conforme con el libreto, hizo algunas correcciones, cambió de lugar algunas escenas, y por último encargó a Ospedalicchio y Lazzaretti la confección de un libreto nuevo. Así se formó la ópera “Il sitio di Castilla”, con música de Johann Sebastian y Azuceno Mastropiero y libreto de Ferruccio Portimiglia, Giangiuseppe Ognialtri, Ramiro Cildáñez, Camiluzzi, Caldocane, Ospedalicchio y Lazzaretti. Si bien, toda la parte de Johann Sebastian de la composición de “Il sitio di Castilla” data del año 1934, en que nació su hijo, este último aportó su parte en la composición de la música con sus estudios concluidos, dos décadas después. Los Mastropiero estrenaron la única obra en la historia acreditada a 2 Mastropieros en 1956, a pesar de que su versión original, con música sólo de Johann Sebastian, fue estrenada 22 años antes.
Luego de que Mastropiero dejara a Azucena en París con su hijo, aunque se apiadó de ella y le otorgó parte de sus ingresos para mantenerse, residió temporalmente en la corte de Mantua. Su relación amorosa con Beatrice Corsini allí duró varios años y se refleja en los títulos de las sonatas que el compositor le dedicara a lo largo de ese tiempo: la "Apasionata", la "Romántica", la "Risueña", y la "Gorda". De febrero de 1935 es, junto con el ciclo de sonatas, el madrigal "Amami, oh Beatrice". Para ese año, Mastropiero estaba estrechando una amistad con la joven cantante Guadalupe Luján, a quien le compusiera por encargo varios éxitos para que cante, pero con el tiempo, la amistad entre el compositor y la cantante se fue convirtiendo en un simple vínculo comercial. En sus memorias, Mastropiero llama a Guadalupe primero "la alondra celestial", más adelante "el ruiseñor estridente" y por último "la gallina de los huevos de oro". El 20 de julio de 1935, Guadalupe Luján estrenó la canción “Ya no te amo, Raúl”, compuesta por Johann Sebastian, y la convirtió en un éxito mundial.
La historia de la composición de la "Obertura Supra Heroica" de la ópera "Ariadna y Teseo", opus 78, de Mastropiero es similar a la de la composición de "El lago encantado", ya que fue también dedicada a Teodora Fluckweidel. La música de la "Obertura Supra Heroica", al igual que la de "El lago encantado", fue pensada especialmente para el baile. Es probable que esta sea la obra más difícil de Mastropiero, ya que presenta innumerables complicaciones: pasajes de demoníaca velocidad, que exigen acrobáticas digitaciones a cada uno de los instrumentistas, alternadas con vertiginosos fragmentos de conjunto. Estas características hacen de la ejecución de la Obertura Supra Heroica un verdadero desafío para los mayores intérpretes. Como si fuera eso poco, Mastropiero compuso otras 2 obras al mismo nivel de dificultad para interpretarse: su "Concierto para violín", compuesto en 1936, y su aria para barítono llamado "Soy la reina de la noche", también perteneciente a la ópera "Ariadna y Teseo". Mastropiero compuso por encargo de un empresario la música de esta ópera. A otro aria conocido como "La invocación al beso", Mastropiero le modificó la música a pedido del empresario, componiendo 3 versiones diferentes. Luego del estreno de la ópera, el empresario pidió a Mastropiero que corrigiera el fragmento de "La invocación al beso" para que tuviera una repercusión emotiva más directa en el público; Mastropiero compuso entonces una segunda versión. El empresario, aún no conforme, exigió a Mastropiero algo todavía más accesible. Johann Sebastian compuso entonces una tercera y definitiva versión de "La invocación al beso". Estando el empresario conforme y habiendo terminado su encargo, Mastropiero empezó, en 1936, la composición de otra ópera: "Non voglio mangiare: no, no e no", subtitulada "Capricho italiano". También empezó un nuevo proyecto, dedicándose los siguientes años de su vida a investigar una disciplina musical poco frecuentada por otros teóricos: el tarareo. Él consideraba que el verbo tararear sólo corresponde usarse cuando se canta con el fonema tarará-tarará, y que los otros casos deberían denominarse según las sílabas empleadas en el canto. Por ejemplo: la-la-lear, tra-laila-lear y borom-bombar. Para Mastropiero, cantar sílabas sin significado era un desperdicio poético. "En todo caso -decía- si el compositor quiere embellecer su canción con un tarareo, que use las palabras del poema", técnica que denominó "Tarareo conceptual" y le llevó 4 años perfeccionarla como concepto. Paralela a la investigación del tarareo fue la composición, al año siguiente, de su ballet: "Las Sílfides, y cómo prevenirla". Mastropiero dijo muchas veces sólo haber compuesto un ballet, "El lago encantado", pero nunca mencionó "Las Sílfides" para evitar que los entrevistadores recuerden la durísima crítica de este último ballet después de su estreno.
Mastropiero viajó por primera vez a la Unión Soviética en agosto de 1938 para tomarse unas vacaciones y allí compuso su nomenclátor sacro-polifónico "Gloria Hosanna, that's the question", opus 83. Su versión más conocida es la grabada por el Coro del Cotolengo de Santa Eduviges.
Poco después, Johann Sebastian regresó a París con Beatrice Corsini para vivir temporalmente y comenzó a escribir en 1939 su comedia musical infantil "Valdemar y el Hechicero", escrita sobre una antigua leyenda celta y conocida por la versión grabada tiempo después por Diego Dalbés y su orquesta de 50 músicos, ganador de un Premio Mastropiero gracias a dicha versión.
Tanto 1938 como 1939 fueron años en los que Mastropiero compuso muy pocas obras, ya que estaba concentrándose en desarrollar la teoría de su "Tarareo conceptual", pero en 1940 las obras que compuso aumentaron en cantidad. Aun así, el año empezó mal para Johann Sebastian, ya que le encargaron una partitura para la solemne entrega del premio de Epistemología de la Universidad de la Sorbona, en París. Mastropiero aceptó, pero por un equívoco, su obra tuvo más repercusión que la esperada. Le habían encargado una obra "para la Sorbona", y Mastropiero entendió "para las hormonas", y en vez de una Obertura Académica compuso una cumbia; una cumbia en la que incluyó, algunos nombres de filósofos y epistemólogos que le habían suministrado con el encargo. Luego de la sorpresa inicial del calificado auditorio, Mastropiero fue reputado de inculto. Este error de Mastropiero le cerró las puertas de los círculos filosóficos, pero le abrió un enorme prestigio en las bailantas tiempo después porque esa cumbia, "Dilema de amor", se convirtió en el gran éxito del popular grupo "Los Brillantes", en una versión electrónica y más parecida a la cumbia villera. Después de este fracaso más de Mastropiero, éste se fue a vivir a Barcelona, en España.
Johann Sebastian también compuso dos de sus más célebres obras por ese año: la ópera "Las bodas del Rey Pólipo" y su opereta "El cruzado, el arcángel y la harpía". Para la ópera inventó a uno de sus personajes más conocidos: el Rey Pólipo, "el Maligno", que le mandaba a cortarle la cabeza a varios músicos y poetas de la corte.
Después del gran éxito de la ópera, compuso para ejemplificar el tarareo conceptual, que estaba ideando desde 1936, su canción "La excursión de los amigos", cuyo fragmento más conocido dice: "Ya pararon para comprar queso, y ahora, pararán para pan, pararán para pan", y el vals criollo "Aria agraria", por encargo del Ministerio de Fomento, para la entrega de tierras a nuevos campesinos. Este vals, años después de la muerte de Mastropiero, llegó a ser un gran éxito en la versión del grupo folclórico: "Los Cuatro del Norte". Con componer "Aria agraria", Mastropiero concluyó con sus estudios acerca del tarareo.
Terminado el proyecto de "tarareo conceptual", Mastropiero dedicó los siguientes 2 años de su vida a componer sus 17 sinfonías, se destacan la N° 3, llamada "Sinfonía fogosa", perteneciente al Ciclo N° 1, opus 109; su sinfonía N° 7, la "Patética", cuyo nombre está inspirado en la sinfonía del mismo nombre de Tchaikovsky; es perteneciente al Ciclo N° 2, opus 110, y las sinfonías "Improvisada", la "Imperfecta", el "Mamarracho", y la "Asquerosa", que pertenecen al Ciclo N° 3, opus 114. Los primeros dos ciclos fueron las últimas obras que compuso Mastropiero en 1940, y el tercero lo compuso al año siguiente. Después de este último ciclo, Mastropiero detuvo su período de composición de sinfonías para centrarse en su "Trío para violín, violonchelo y piano", opus 115. Debido a la poca precisión con la que se preservaron las obras de Mastropiero cronológicamente, algunos musicólogos opinan que el opus corresponde a otro número, como Glockenkranz, que cree que es opus 117, o Kreutzer, que cree que es opus 109. Está confirmado que, para ese entonces, Mastropiero ya había compuesto más de 100 obras. La teoría del opus 115 es la más acertada porque el opus 117 corresponde a la ópera "Arquímedes de Siracusa" y el opus 109, a su "Ciclo N° 1 de sinfonías". La versión más conocida del "Trío para violín, violonchelo y piano" opus 115 es la grabada por el trío Euterpe. Cierto día cayó en las manos de Johann Sebastian un extraño poema, atribuido a Arquímedes de Siracusa, cuyo texto impresionó fuertemente al músico al extremo de decidirlo a seguir posponiendo la escritura de sus sinfonías y escribir una ópera, opus 117, sobre la vida del sabio: "Arquímedes de Siracusa". Su parte más conocida es el "coro de los patriotas Siracusanos". Después de esta ópera, Mastropiero continuó con sus sinfonías, desarrollando su Ciclo N° 4 con las sinfonías N° 11, N° 12, N° 13 y N° 14. Su vida erótica tumultuosa está reflejada en los nombres de algunas de estas sinfonías, como la ya mencionada "Sinfonía fogosa" y todas las que pertenecen al último ciclo, que Mastropiero compusiera en 1942, el "Ciclo de sinfonías N° 5". Algunos nombres que se le atribuyen a estas últimas sinfonías son: la N° 15, la "Reflexiva"; la N° 16, la "Inconclusa", y la N° 17, en Fa mayor, "la Impotente". Al iniciar el año 1942, Beatrice se separó de Mastropiero por su evidente infidelidad.
Sin Beatrice, Mastropiero viajó por segunda y última vez a la Unión Soviética y trabó extraña relación con una robusta barrendera capataz, de nombre Natasha Frotalascova. En las heladas noches de Ucrania, Mastropiero solía cantarle delicadas canciones de amor, mientras Natasha lo acompañaba en la Balalaika. Compuso allí su canción "Oi gadóñaya", sobre textos de poeta ucranio anónimo. Su versión más conocida es la grabada por el Coro de los Barqueros del Vólgota. Después de haber sido esta canción censurada en la Unión Soviética, Mastropiero se exilió sin Natasha en Oxford, Reino Unido. Natasha no quiso acompañar a Mastropiero porque ella era militante bolchevique y le desagradó mucho la canción rusa de Johann Sebastian.
Exiliado de la Unión Soviética, Mastropiero compuso 2 obras expresando su opinión al respecto: su suite "La vida es hermosa", por encargo del CEAS (Centro Estatal de Asistencia al Suicida) para asistir a los nobles y aristócratas rusos que perdieron sus títulos y pensaban en el suicidio, y la música de una opereta sobre la huida de los aristócratas rusos en la revolución de 1917. Johann Sebastian pidió consejo para escribir esta opereta a su venerado y anciano maestro, el profesor Wolfgang Gangwolf. Este le dijo: "Muchacho, se han compuesto hermosas partituras para operetas; aún en un género menor, como la opereta, se puede notar la calidad de un compositor, te aconsejo que rechaces el ofrecimiento, más aún, no debes aceptar, si es que todavía te queda un poco de amor propio". "Si es así -respondió Mastropiero- puedo aceptar perfectamente". Por otra parte, el también anciano padre de Mastropiero, que se oponía a la carrera artística de Johann Sebastian, por la misma época le envió una carta en la que le decía: "Hijo mío, te pido que abandones la música. Es posible que sean mis prejuicios los que me impiden ver, pero por desgracia no me impiden oír". En este punto Johann Sebastian se vio obligado a optar entre su familia y la música, y eligió la música. Terminó de componer la opereta, y para evitar más conflictos con su familia se dispuso a firmarla con un seudónimo: Johann Severo Mastropiano. Enterado el padre, le mandó otra carta en la que le decía: "Hijo mío, si usas ese seudónimo, todos sabrán, no sólo que soy el padre del compositor, sino también que soy el padre de un imbécil". Johann Sebastian reconoció que esta vez su padre tenía razón, y se cambió el seudónimo: firmó la opereta como Klaus Müller. Esto solucionó por fin el problema con su familia, pero le acarreó demandas penales de 37 familias de apellido Müller. Luego del estreno, fue internado el padre de Mastropiero, y falleció a los pocos días. Johann Sebastian se deprimió mucho al no poder componer música que haya aprobado su padre, y por 5 meses se alejó de la vida pública.
Luego de recuperarse de su depresión al año siguiente, Mastropiero empezó un romance con la duquesa de Lowbridge, por quien fingía ardorosa pasión, pero, a sus espaldas, le hacía la corte a su hija, Genoveva; de esta manera, siempre podía ingresar en el castillo y frecuentar a su nieta, Matilde. Semejante juego de simulacros galantes daba excelentes resultados; no era la primera vez que este sistema era utilizado por las tres mujeres. La duquesa de Lowbridge era la presidenta de la Asociación Protectora de la Música Antigua, y en tal carácter encomendó a Mastropiero la composición de un madrigal para voces e instrumentos sobre alguna leyenda popular. Johann Sebastian comenzó entonces a indagar en las historias que se contaban en la aldea vecina al castillo. Conoció así la terrible leyenda del perro de un convento de carmelitas, que en las noches de luna llena se convertía en hombre. O también la dolorosa leyenda del séptimo hijo varón de un pastor protestante, que en las noches de luna llena se convertía al budismo. Por fin, Mastropiero decidió componer su madrigal sobre la simple historia de la moza que luego de lavar la ropa en el arroyuelo marcha al mercado, donde un pastor ofrece en venta una oveja. Mastropiero, en un principio, bautizó su madrigal, como era costumbre, con el primer verso del poema, lo llamó "La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa"; pero luego, la longitud de este primer verso le pareció inadecuada para un título, de modo que rebautizó a su madrigal, lo llamó “La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa, la mojó en el arroyuelo, y cantando la lavó, la frotó sobre una piedra, la colgó de un abedul”. El romance de Mastropiero con las Lowbridge duró pocos meses, ya que a este le desagradaba Oxford como ciudad, a la que las Lowbridge no querían dejar, y le empezó a irritar estar con 3 mujeres a la vez, algo bastante contradictorio, teniendo en cuenta la cantidad de mujeres con las que se acostaba a la vez, en tiempos de la relación con la condesa Shortshot.
Mastropiero viajó posteriormente a los Estados Unidos dispuesto a componer música para cine; le produjo fuerte impacto la imponencia de los estudios de Hollywood. Decidido a triunfar Mastropiero fue directamente a la productora más importante de todas, intentaba entrar por la puerta grande. Mastropiero fue recibido de cualquier manera. Sin embargo, causó buena impresión en Skinny Walrus, el presidente de la Walrus Brothers. Skinny Walrus le encomendó a Mastropiero que compusiera la música de fondo para una película que estaba filmando el célebre director Ralph Smith, "La Bestia Abominable". La película se llamaba "El asesino misterioso". Su avance publicitario, donde se puede apreciar la banda sonora compuesta por Johann Sebastian, apareció por primera vez un 15 de septiembre de 1943, y la película se estrenó, con relativo éxito de taquilla, el 2 de noviembre de ese año. También para la Walrus Brothers, Mastropiero compuso la música de un documental sobre la Universidad de Wildstone. Este cortometraje, llamado "Visita a la Universidad de Wildstone", se estrenó el 17 de marzo de 1944 en un emotivo acto académico que se llevó a cabo en el aula magna de dicha universidad. La decana, licenciada Elisabeth Replansky fue la encargada de entregar a Mastropiero un diploma honorífico, el capitán del equipo de fútbol americano, en nombre de los estudiantes, fue el encargado de estrechar su mano y el doctor Offshore fue el encargado de enyesársela.
Cansado de escribir música para las minorías que asisten a los conciertos, Mastropiero aceptó el encargo de componer el himno para la convención de admiradores del doctor Miles Flanagan, distinguido odontólogo de Nebraska, convención a la cual concurrieron Miles Flanagan y tres personas más. Por aquel entonces Mastropiero se volcó francamente hacia la música masiva. "La música masiva -escribió- es más que música, es música + IVA". Justamente para 1945 comenzó a componer para las siguientes series de televisión: "Hospital", que narra la vida cotidiana de un equipo de fútbol americano; "Masacre", cruda descripción de típicas escenas familiares, y "El escuadrón", aventuras del escuadrón de perros adiestrados de la policía y del simpático comisario Johnson, su mascota. También compuso la música para la serie policial sobre el teniente Stanley y el sargento Morrison, titulada "Deber imposible", más conocida por la crítica como "Imposible de ver". Uno de los episodios de dicha serie en los que más se nota la música compuesta por Mastropiero y su influencia en el jazz es "Quién mató a Tom McCoffee".
Período tardío (1945-1959)
El período tardío de Mastropiero se caracteriza porque empiezan los escándalos de plagio de Mastropiero, además es en este período que la crítica deja de elogiar sus obras, con pocas excepciones, y Mastropiero intenta conseguir residencias fijas
Mastropiero residió temporalmente en Sevilla, España en búsqueda de inspiración. Siendo un apasionado de la investigación histórica, Mastropiero se pasaba largas horas en la biblioteca de la opulenta marquesa de Quintanilla. Así supo Mastropiero de la existencia de un enigmático personaje del siglo XV, el adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras, hijo de Juana Díaz y Domingo de Carreras. Al principio de su investigación, Mastropiero supuso que don Rodrigo pertenecía a la misma familia Díaz que las célebres cortesanas Angustias y Dolores Díaz, pero luego, cotejando ciertas fechas, comprobó que Angustias y Dolores no provenían de esos Díaz. Mastropiero ya estaba por abandonar la investigación cuando encontró en la biblioteca de la marquesa el viejo manuscrito de un anónimo poema épico redactado sobre la base del diario de viaje del adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras. Según este poema, don Rodrigo había arribado a las costas del Río de la Plata en 1491, o sea, un año antes del descubrimiento oficial de América. El poema describía además su heroico periplo hacia el norte del nuevo continente a lo largo de muchos años, culminando su gloriosa gesta en la isla de Puerto Rico. Impresionado por el hallazgo del poema, Mastropiero lo usó como texto para una de sus obras más célebres: "Cantata del adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto, y de cómo se desenvolvió". Después de escribir esta cantata, decidió continuar con una pieza un poco más simple: "De cómo la princesa Cunegunda de Rochester se burló de su enamorado Robin de la Parmentiere, en complicidad con su paje, y de cómo despreció sus instrumentos musicales uno a uno" para, al año siguiente, continuar con la música de una nueva ópera: "Don Juan Tenorio o el Burlador de Sevilla, una de dos". Mastropiero se identificó plenamente con el personaje de Don Juan Tenorio, perteneciente a dicha ópera. Mastropiero se consideraba un gran seductor; dice en sus memorias: "El verdadero seductor no realiza sus conquistas indiscriminadamente, sólo Dios sabe la cantidad de mujeres que no hice mías por el sólo hecho de haberse ellas negado. Todo es cuestión de suerte. Tengo épocas en que decenas de mujeres aceptan mis galanteos, pero ninguna se me entrega, y épocas en que ninguna acepta mis galanteos". El estreno del "Don Juan" de Mastropiero fue accidentado. Luego del duelo del primer acto en el que Don Juan mata al comendador y cuando Don Octavio ordena a los sirvientes que retiren el cadáver cantando: "Llevaos de aquí este motivo de horror", los sirvientes se llevaron al propio Don Octavio. Luego, durante la serenata de Don Juan ante el balcón de la criada, el excesivo peso de la soprano hizo que se desmoronara el balcón del decorado, y la voluminosa soprano logró evitar su caída colgándose del cortinado; la función quedó suspendida durante una hora y media. Al fin los acontecimientos se precipitaron y la soprano quedó bastante maltrecha a raíz del golpe, al igual que el escenario. Estos incidentes arrojaron sobre el Don Juan de Mastropiero la fama de atraer la mala suerte, confirmada en una representación, durante la cual en el dúo de Don Juan y su criado el tenor Cossimo Brigantello perdió la voz repentinamente.
Mastropiero sentía una especial predilección por el poeta campestre y ecologista Harvey Johnson. Sobre versos de Johnson, Mastropiero compuso la canción titulada: "Sólo necesitamos", más conocida por su grabación por el trío de música folk: "Jorge, Carlos y María" o por la del dúo "Los Ecológicos". Después de haber compuesto dicha canción, se centró en la composición de sonatas, empezando por su "Sonata en mi bemol". Mastropiero conoció en esta época a una de sus últimas amantes: Elisabeth. Ambos compartieron varios recuerdos y momentos, como una salida al bosque de Regenwald en Austria. Después de recibir una carta de Elisabeth, Mastropiero escribió otra de sus sonatas, inspirada en ella y basada en la carta que le había enviado. La compuso mientras leía la carta. Al saber por su carta que estaba siendo engañado, se separó de Elisabeth y le compuso su canción "Fuiste la única, Elisa".
En 1948, se presentó ante Mastropiero un enigmático caballero de nobles modales, y le encomendó la composición de una obra de homenaje al doctor Schmerz von Utter, con motivo de su muerte. El enigmático caballero, sin darse a conocer, pagó por adelantado los honorarios del compositor, y le informó que se ausentaría por algunas semanas. Agregó que a su regreso se llevaría a cabo el homenaje póstumo al doctor von Utter, en el salón de actos de la SOGINOBST, la Sociedad de Ginecología y Obstetricia. Mastropiero compuso entonces una cantata para cinco voces masculinas, titulada "Te has ido, oh ilustre, oh abnegado, obstetra". La primera voz de esta cantata narra un episodio de la vida del doctor von Utter, que sintetiza su espíritu humanitario; se refiere al día en que el abnegado médico recorrió cinco leguas a pie para asistir en el parto a una humilde campesina abandonada por su novio. La segunda voz de la cantata hace acotaciones circunstanciales sobre los hechos narrados, y las tres voces restantes resaltan la filantropía del extinto. Comenzados los ensayos, Mastropiero decidió suprimir la voz que hacía las acotaciones circunstanciales, y convirtió la obra en un cuarteto. El cambio se justificaba, porque la solemnidad de las honras póstumas no estaba de acuerdo con el carácter de dichas acotaciones circunstanciales, que eran del tipo de "¡qué barbaridad!", "¡upalalá!", o también "¡puje, puje!", "listo el pollo", etcétera. Pero, un grupo de conspicuos socios de la SOGINOBST se presentó ante Mastropiero y lo convenció de que suprimiera la voz que relataba la anécdota, convirtiendo la obra en un trío. El nuevo cambio obedecía a que habían surgido ciertas dudas sobre la veracidad de los hechos narrados; se sospechaba que el doctor von Utter no había recorrido a pie cinco leguas, sino solo cuatro leguas y en un lujoso carruaje; además la enferma no habría sido una pobre campesina abandonada por su novio, sino una rica condesa que le habría retribuido generosamente y habría aportado dinero para el carruaje. El trío conserva el elogio de las virtudes humanitarias del extinto, y se lo sigue interpretando hasta nuestros días, a pesar de una curiosa superstición según la cual su ejecución acarrea diversas desgracias a los intérpretes: súbitas descomposturas, venganzas inesperadas, quebrantos económicos, o meros accidentes durante el concierto. Pero tampoco llegó a ejecutarse en las honras póstumas del doctor von Utter; sucede que, estando ya casi listo para estrenar, se presentaron nuevamente los miembros de la SOGINOBST, y convinieron con Mastropiero que lo mejor para el homenaje era una obra instrumental: el quinteto original, pero en lugar de voces masculinas, ejecutado con instrumentos de viento. Los colegas del doctor von Utter preferían evitar toda referencia a los hechos ocurridos, ya que habían logrado confirmar, y aún ampliar, sus anteriores sospechas. La campesina, en efecto, no era tal, sino la condesa de Regenschmutz, no era soltera, sino casada, y no había dado a luz aquella noche, sino nueve meses después. Pero Mastropiero pensó que para homenajear a un extinto, un quinteto de vientos no era lo ideal, y modificó la obra adicionándole instrumentos de cuerda, más afines con la ocasión. Por suerte, el enigmático caballero de los nobles modales, que le había encomendado la obra de homenaje fúnebre, aún no había regresado a reclamar el trabajo concluido, y Mastropiero siguió reflexionando, hasta que por fin decidió que la solemnidad del acto reclamaba el agregado de un nuevo instrumento: el piano. Y puso manos a la obra en la corrección. La partitura estaba ganando en complejidad, y el compositor veía complacido cómo un simple encargo iba en camino de convertirse en una obra maestra; sin embargo, releyendo lo que había escrito, Mastropiero decidió que las cuerdas sobraban, y el piano también: él se sentía capaz de componer una obra genial volviendo a la simple formación del quinteto de vientos, pero de otros vientos distintos de los de la versión anterior. Estaba decidido: la partitura quedaría definitivamente compuesta para vientos. Aun así, Mastropiero sentía que algo faltaba en su obra: instrumentos de percusión. Mastropiero estaba sumido en sus cavilaciones, cuando golpearon a la puerta; era el enigmático caballero de los nobles modales, que semanas antes le había encargado la obra de homenaje fúnebre al doctor Schmerz von Utter. Esta vez el caballero reveló su identidad, dijo: "Yo soy el conde de Regenschmutz, el marido de la desprestigiada condesa. Durante estas semanas he estado persiguiendo por toda Europa al doctor von Utter para matarlo, pero se me escapó de las manos y sigue con vida en alguna parte. Por lo tanto, suspenderemos el homenaje fúnebre hasta nuevo aviso por carencia de difunto". Pero los miembros de la SOGINOBST decidieron realizar de todos modos un gran festejo de repudio al doctor Schmerz von Utter. Durante el acto se tocó una pieza de jazz que Mastropiero compuso usando elementos de las obras anteriormente descartadas. Se titula "Pepper Clemens sent the messenger, nevertheless the reverend left the herd". Además, Mastropiero, que había cobrado sus honorarios por adelantado, entretuvo a la concurrencia al frente de un grupo de músicos de su amistad, con una selección de fragmentos de obras de su propia autoría. Para iniciar la selección de sus obras, Mastropiero utilizó su "Teorema de Thales", opus 48. Luego, Mastropiero y sus amigos, recordaron partes de su "Epopeya de Edipo de Tebas", opus 47. En seguida anunció fragmentos de su "Boleró", opus 62". Para continuar la fiesta, Mastropiero y sus amigos recordaron un fragmento del oratorio "Los noticiarios cinematográficos". Sorpresivamente apareció dentro de su popurrí una obra que no le pertenecía, pero acreditada a sí mismo. La obra en realidad le pertenecía al compositor Pierre Pérez Pitzner y era un fragmento de su "Suite televisiva", opus 83, llamada "La tanda". Por último, y finalizando los festejos, Mastropiero y sus amigos ejecutaron fragmentos de su "Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto, y de cómo se desenvolvió". Después de haberse enterado de la celebración, Pérez Pitzner le escribió indignado a Mastropiero por plagiar su "Suite televisiva", este era el primero de una larga serie de acusaciones de plagio a Mastropiero, que, en su mayoría, son del compositor Günther Frager.
Siendo ya un compositor consagrado, Mastropiero realizó en 1949 un viaje al Medio Oriente, a la capital de las frías regiones montañosas de Arabia, la mítica ciudad de Uf-Que-Brr, y después a las calurosas regiones de dicho país, la mítica ciudad de Uf-Al-Sudar. Llegado a esta ciudad, una leve indisposición del jeque de la ciudad motivó que Mastropiero fuera recibido por Abdul, el anciano imán de la mezquita principal a quién habían nombrado imán por su sabiduría. El imán Abul se presentó ante Mastropiero y le dijo: "Maestro, yo seré su anfitrión, porque a mi jefe el Jeque lo aqueja la jaqueca". Mastropiero, entonces le respondió: "Dígame, ¿esa jaqueca de su jefe el Jeque, no mejorará con carqueja?". Siguieron conversando toda la noche y comenzó una gran amistad. En esa charla Mastropiero, se enteró de que los musulmanes más fanáticos eran conocidos como "muy-sulmanes"; y, por el contrario, a los que solo cumplían en parte los preceptos de Mahoma les decían los "mahomenos". Por último y antes de regresar, allí convivió con varias tribus de beduinos que provenían, algunos, de ciertos oasis poblados, y otros, de ciertos desiertos desiertos. Los miembros de la tribu, que eran no más de 50 o 60 beduinos, eran nómades porque deambulaban sin residencia fija. En dicha tribu se disputaban el mando dos jeques hermanos: Mohamed, el Grande, y Nomemohes, Chico. El Jeque Nomemohes estaba por contraer enlace, y le encargó a Mastropiero la "Serenata que cantó el novio la víspera de la boda".
Después de su viaje a Medio Oriente, Mastropiero se instaló en Madrid, España y, al año siguiente, inició la composición de su cuarteto concertante "Loas al cuarto de baño", pensando en las filosofías dichas acercas del cuarto de baño, (muy conocido por la versión que grabó años más tarde el grupo Rebaño con instrumentos informales basados en lo que hay en un baño) y 2 años más tarde, su "Ciclo de serenatas a Cristina García", incluyendo a las serenatas "Timida", "Astrológica" e "Intimidatoria". En dicho ciclo de serenatas, Mastropiero narra una historia de un hombre tímido que quiere conquistar a una mujer llamada Cristina García. Casualmente, Johann Sebastian conoció en medio de la composición a una mujer llamada Cristina: su última amante. Como la relación fue muy breve, Johann Sebastian le dedicó una última canción cuando se separaron: "No te olvido, Cristina". Después, y en años consecutivos, Mastropiero compuso sus últimas óperas, empezando por "La cortesana de Lamermoor" y siguiéndole "El suplicio de sor Angélica"; en los ensayos de esta última ópera, Mastropiero reunía a los cantantes, y en vez de partituras repartía sólo la letra. Por ejemplo, se conserva de esta ópera la letra del aria de soprano "Aléjate de mí, que soy más pura que los ángeles", con la siguiente indicación de puño y letra de Mastropiero: cántese con la melodía de mi anterior ópera, "La cortesana de Lamermoor", aquella que dice "Acércate, papito, que soy más voluble que las aves", lo cual demostraba que ambas óperas tenían la misma música. Como escribiera el crítico musical, Harold Schönstein: "todas las óperas de Mastropiero llevan su sello; el modo que tiene de componer óperas es un verdadero modus operandi, como los delincuentes famosos; mejor dicho, como otros delincuentes famosos. Por lo tanto, no comentaré más sus estrenos, enviaré al cronista de policiales". Poco después, salió publicada una crónica de "La cortesana de Lamermoor", que dice: "Al levantarse el telón comparece el tenor (sexo masculino, contextura mediana), y dando muestras de encontrarse alcoholizado, increpa a la soprano, (contextura robusta, sexo indefinido), y le reclama reanudar su relación; ésta se niega, profiriendo alaridos y gritos desaforados, como si cantara. Ante lo cual, el arriba mencionado, en estado de emoción violenta, extrae de entre sus ropas una pistola, calibre veintidós, y le efectúa a la suprascripta un disparo a quemarropa con orificio de entrada en el abdomen. Luego, arrepentido por el ilícito, toma entre sus brazos a la soprano (aproximadamente un tercio de la misma); la damnificada, se repone satisfactoriamente de sus heridas y, decidida a perdonarlo, lo estrecha en un fuerte abrazo. El tenor lanza un estridente do de pecho, que prima facie, sería un pedido de auxilio. La escena finaliza sin tener que lamentar víctimas ni daños materiales". En algunas traducciones de la crónica, el do de pecho está escrito como "si bemol". Después de esta obra, Mastropiero compuso su última ópera: "La hija de Escipión", con la misma música. Su escena más conocida es la de "Daniel el seductor ante la ventana de Juana María del Sagrado Corazón". Quedaron así las óperas "La cortesana de Lamermoor" (9 de mayo de 1953), "El suplicio de sor Angélica" (14 de agosto de 1954) y "La hija de Escipión" (29 de octubre de 1955). Las últimas dos se llevaron malas críticas por la presencia de la misma música que la primera. Mastropiero opinaba que ciertos animales son sensibles a la música; por lo que, como proyecto para componer una obra relacionada con los sonidos de los animales, realizó experimentos con una bandada de pájaros, tocando al piano su "Sonata en mi bemol" cada vez que les daba de comer. Después de cierto tiempo las aves comenzaron a rechazar todo tipo de alimentos, menos un grupo de mirlos amarillos que no solo seguían alimentándose normalmente, sino que además comían lo que los otros pájaros dejaban. Al final del experimento Mastropiero escribió su artículo "La influencia de la tonalidad de Mi bemol en el engorde del mirlo amarillo". Por otra parte, su colaborador, el ornitólogo Lorenzo Corradi, publicaba un ensayo titulado "Merulus amarilius o mirlo amarillo: El pájaro sordo". Mastropiero también describió a los cisnes. Sobre este tema cierta vez le preguntaron si los cisnes efectivamente cantan antes de morir, "Por supuesto -contestó- no van a cantar después". Así mismo observó durante varios años la conducta de un cuclillo, o pájaro cucú, y comprobó que no solo cantaba a intervalos de tiempo asombrosamente regulares, sino que además luego de cantar volvía a introducirse en un curioso nido con forma de reloj de pared. Pero tal vez la experiencia más fascinante de Mastropiero sobre los sonidos que emiten los distintos animales fue la que realizó con un rebaño de ovejas, en la hacienda de su amigo Gustav Schafdörfer. Allí comprobó que el 37 % de los ovinos estudiados proferían un sonido que se iniciaba con un ataque bilabial nasal, similar a una "m", seguido por una reiteración en staccato de un sonido de "e" abierta gutural, con resonancias palato-alveolares: "M-e-e-e-e". También comprobó que el restante 63 % reemplazaba el ataque bilabial nasal, por un ataque bilabial plosivo: "B-e-e-e-e". Además, del total de ovejas que emitían "B-e-e-e-e", un 12 % también podía emitir "M-e-e-e-e", y las llamó ovejas de balido mixto, o también ambibalantes. Por otra parte, si bien algunas que emitían "B-e-e-e-e" podían emitir "M-e-e-e-e", ninguna que emitía "M-e-e-e-e" podía emitir "B-e-e-e-e", salvo que estuviera en la proximidad de una que emite "B-e-e-e-e" ambibalante, en cuyo caso la susodicha que emite "M-e-e-e-e" no hacía ni "M-e-e-e-e", ni "B-e-e-e-e", sino que guardaba un respetuoso silencio. Pero lo que más asombró a Mastropiero, fue que, en medio del rebaño, había una oveja que no balaba como las demás y que cada vez que lo veía corría hacia él profiriendo un extraño: "Uh-uh-uh-uh". Mastropiero creyó encontrarse ante un hallazgo científico, y grande fue su desilusión al descubrir que no se trataba de una simple oveja, sino de la hermana de Gustav Schafdörfer. En el romance vocal e instrumental que Mastropiero compuso después de sus experiencias, narra un antiguo cuento infantil asignando al percusionista una parte cantada que imita las voces de algunos animales que se mencionan en el mismo. Se trata del "Romance del joven conde, la sirena y el pájaro cucú. Y la oveja".
Según la autobiografía de Mastropiero, se realizó una conmemoración de sus 70 años. Pero como son dudosos los datos de su nacimiento no se sabe a ciencia cierta la fecha de esta celebración. Si se cree que Mastropiero nació en 1886, las celebraciones ocurrieron en febrero de 1956. En esta fiesta, celebrada en Madrid, Mastropiero repasó toda su carrera: desde su primera ópera hasta su romance vocal. En esta celebración, Mastropiero anunció que estaba escribiendo su autobiografía, que seguiría componiendo y que haría una gira mundial haciendo conciertos con repasos de lo que ocurrió en su celebración de sus 70 años. Los datos de las paradas de su gira no son muy precisos, aunque Mastropiero especificó que, por lo menos, hizo 30 conciertos en cada continente y que duró casi todo el año 1956, desde febrero hasta diciembre. Mientras estaba de gira, Mastropiero escribía nuevas obras. Tal vez en esta gira ocurrió la última ovación de una audiencia hacia Mastropiero, y una de las pocas. Además, se tomó un descanso en el medio para estrenar la nueva versión de la ópera “Il sitio di Castilla”, con la contribución de su hijo, Azuceno, en arreglos y modificaciones en la música.
Con motivo del estreno de la última obra importante de Mastropiero: el bolero "Perdónala", compuesto por Johann Sebastian usando los recursos que aprendió en su corta estadía en Cuba, el periódico Actualidad Musical se refirió a Mastropiero en términos muy elogiosos; pero a los pocos días publicó la siguiente rectificación: "Fe de erratas: donde dice "de inspiración arrebatada, como otros compositores románticos", debe decir "arrebatada a otros compositores románticos", y donde dice "su copiosa producción" debe decir "su copiada producción"". Luego de escuchar el bolero "Perdónala", el gran compositor Günther Frager le escribió indignado a Mastropiero, acusándolo de haber plagiado un pasaje de su Tercera Sinfonía; la respuesta no se hizo esperar: "Usted me ofende -dice Mastropiero en su carta- justamente a mí, que siempre digo que el artista que se apodera de la idea de otro enturbia las aguas del manantial del espíritu", famosa frase de Günther Frager. Curiosamente este caso, y otros similares, que mostraron a Mastropiero plagiando de Günther Frager, han llegado a la sociedad a través de la propia autobiografía de Mastropiero. Sin embargo, pese a todo esto, quienes aman a Mastropiero, creen que muchas de estas conductas que se le atribuyen en realidad le son totalmente ajenas y probablemente sean de Günther Frager. Al año siguiente se publicó la ya mencionada autobiografía de Johann Sebastian Mastropiero, que relata su historia hasta 1958, año en el que se publicó. Esta autobiografía aumentó las acusaciones de plagio a Mastropiero, ya que era una copia textual de las "Memorias de Günther Frager". Las pruebas de dicho plagio son que no fue suprimido el capítulo "Mastropiero es un miserable" y el título: "Mi nombre es Mastropiero, como que me llamo Günther".
Otra polémica surgida con la autobiografía de Johann Sebastian fueron sus declaraciones sobre la Iglesia: "Después de siglos de predominio de la Iglesia Oficial, últimamente han surgido nuevas religiones, cultos que utilizan modernas técnicas para captar feligreses: programas de televisión, música juvenil, mujeres con minifalda, mujeres sin minifalda... Ante semejante avance, la iglesia se ha visto obligada a modernizarse para poder competir. Por ejemplo, ciertas parroquias ya ofrecen ventajosos planes de “Limosna Prepaga”, y otras impulsan nuevos santos patronos para distintos sectores sociales, bajo el lema “cada santo con su target”. Asimismo, los curas franciscanos siguen ayudando a pobres y enfermos, pero le han cambiado el nombre a San Francisco de Asís: le han puesto San Francisco de Assistance. También la orden de los benedictinos se ha asociado con los monjes capuchinos para atraer mayor cantidad de fieles; a la entrada de algunos conventos ya puede leerse: “Capuchinos y Benedictinos, Café y Licores”". Esta frase fue sacada de contexto, sobre todo teniendo en cuenta la Iglesia Católica su catastrófica actuación en el Vaticano con su “Gloria”. Un caso interesante al que se refería Mastropiero es el de San Dádivo Magnánimo, que antes no figuraba en el Santoral, pero se volvió el Santo Patrono de los empresarios. Su auge inspiraría años más tarde a Mastropiero en su última composición: la cantata “Los milagros de San Dádivo”.
Eran principios de 1959 y un montón de gente que seguía a Mastropiero estaba indignada con él por su plagio. Era frecuente en la residencia de Mastropiero que se reuniera gente que sólo buscaba saquear la mansión y expresar su desagrado ante el compositor. Reconociendo que su música estaba lejos de ser exitosa y en medio de su pérdida de popularidad debido al alcance público que tuvieron las acusaciones de plagio de Günther Frager, Mastropiero se dejó engañar por el lucifer, enviada por el demonio, que le prometió que su música sería sublime a cambio de que el compositor le venda su alma al diablo y el lucifer sea amante de Mastropiero. Ella lo estafó y traicionó, dejándolo demacrado, enfermo y con una peor reputación en la sociedad, al saber que vendió su alma al demonio. Para Mastropiero, ya era cuestión de que ocurra a diario ver manifestaciones afuera de su mansión con carteles con los lemas "Menostropiero", "no más plagios", "viva Günther", "Mastropiero brujo", "padre del demonio", etc. Mastropiero se dio por vencido y abandonó la música definitivamente, con la promesa de que si componía algo a partir de entonces no se estrenaría nunca; quedándose solo y exiliándose de Madrid, donde vivió durante varios años. Desapareció de Madrid y de la sociedad un 13 de mayo de 1959, a partir de entonces ningún dato sobre su vida posteriormente fue hallado, ya que vivió solo y lejos de la vida pública.
Período moribundo (póstumo) (1959-1967)
Caracterizado por ser una etapa de tranquilidad, pero también de dolor, para Johann Sebastian, aunque dejó de ser músico, irónicamente fue su etapa más productiva, ya que en sólo 8 años se estima que compuso casi 600 obras, sin embargo ninguna fue estrenada por una promesa del compositor a la sociedad, en la que declaró que nada de lo que a partir de entonces le salga de la cabeza verá la luz públicamente, sólo 2 de estas piezas musicales tuvieron estreno, porque era la última voluntad del compositor
En realidad, se desconocen los datos oficiales del fallecimiento de Mastropiero, ya que se retiró de la música olvidado y, si falleció, vivió los últimos momentos de su vida solo y sin que alguien siguiera su carrera artística en ese momento. La teoría más acertada y probable de la muerte de Mastropiero es que ocurrió en su ciudad natal, Milán, precisamente un 3 de septiembre de 1967. Esta teoría apareció cuando fue encontrada en Milán una tumba con el apellido Mastropiero, sin datos exactos sobre si era él u otro integrante de la familia. Lo que explica la posibilidad de que sea el compositor es que la tumba fue encontrada cerca de la casa donde vivía antes de empezar a estudiar música en Roma. Un día después se fundaba un conjunto de instrumentos informales que se dedicó a exponer sus obras: Les Luthiers. Ninguno de sus integrantes tenía idea del fallecimiento de uno de los más célebres e influyentes compositores post-románticos de la historia. La difusión de sus obras por parte de dicho grupo ocasionó que algunas de sus obras parezcan anacrónicas con su época, pues los integrantes de dicho grupo acordaron hacer versiones relativamente actualizadas para que lo entienda el público de las siguientes generaciones.
Si esta teoría es cierta, se podría afirmar que después de venderle su alma al demonio Mastropiero se exilió a las afueras de Milán para volverse un hombre común, solitario y jubilado, lejos de la música que tanto amaba, pero también de las terribles críticas. La última vez que fue visto, reconocido y abucheado Mastropiero fue en el aeropuerto de París, con un débil estado de salud y fue la única vez que apareció públicamente, anciano. A pesar de que ya había declarado que no volvería a componer música y que se alejaría de la vida pública, la manifestación que fue a ver a Mastropiero marchándose seguía resentida, mostrándole carteles que decían "el plagiador se va y nunca copiará", "¿no pudiste haber dejado la música hace 50 años?", "lo primero que haces bien", etc. Horas después llegaría a Milán, con su rostro aún más demacrado. Para su fortuna, no había manifestación que lo abucheara allí. La enfermedad desconocida avanzó durante 8 años hasta la muerte de Johann Sebastian Mastropiero el 3 de septiembre de 1967. Toda vez que compuso era por necesidades económicas y se veía obligado a componer música a pedido, o por encargo. Sin embargo, hubo rumores de que, retirado, compuso obras póstumas que, como había prometido, nunca fueron estrenadas. Estos rumores fueron verificados cuando, pese a la promesa, se estrenó un Himno exorcista, compuesto por Mastropiero después de retirarse con el objetivo de combatir al demonio y por encargo de la Orden de Nostradamus, el 31 de diciembre de 1999, mientras dicha organización evitaba la llegada del Anticristo. La razón por la que no fue interpretado este himno antes es porque en la profecía de Nostradamus se lee en latín "En caso de emergencia extrema, utilizar música de Mastropiero", por lo que esta obra era la última opción de enfrentar al demonio. En realidad, la Orden de Nostradamus era dirigida por uno de los Ramírez (hijo ilegítimo de Mastropiero y Shortshot) y estaba celoso del Anticristo que supuestamente iba a nacer; era el abad de la Orden de Nostradamus. Hasta hay gente que opina que Mastropiero tenía pensado escribir clandestinamente y regalar sus composiciones, bajo un seudónimo, a artistas de la contracultura de los años '60, llegando a comunicarse incluso con Elvis, Chuck Berry, los Beatles, Bob Dylan o los Rolling Stones. Son muy poco probables estas teorías, ya que no son precisas. Además, Mastropiero imaginó antes de que exista oficialmente un invento avanzado a su época: el ácido lisérgico. Como el público y la prensa eran hostiles hacia él y no se tomaban en serio sus creencias, no lo acreditaron como "revolucionario científico", título que esperaba Johann Sebastian que le otorgaran.
Sólo los 6 hijos Shortshot ilegítimos de Mastropiero y Azuceno sabían sobre su muerte, pero no llegaron a dar testimonio debido a que fallecieron en las dos décadas siguientes, muy jóvenes. Brevetiro falleció en 1971 (54), McKleinschuss, en 1972 (58); Colpocorto, en 1973 (60); Littlebang, en 1976 (61); Kortzclap, en 1980 (64); Tirecourt, en 1986 (67), y Azuceno, en 2005 (71). Sin embargo, algunos de ellos afirmaron que durante sus últimos años ni siquiera parecía vivir enfermo, sino que tranquilo. "Igualmente, su apariencia física se deterioraba cada vez más y nos empezábamos a preocupar. La condesa había fallecido en 1945, sin que papá se diera cuenta, y no estuvo allí para ayudarlo cuando la necesitaba" declaró Littlebang en 1974.
2 de los hijos ilegítimos de Mastropiero tuvieron el apellido Ramírez y fueron abandonados por Johann Sebastian. Uno es el abad y otro, Alberto Luis Daniel, conductor de radio. El abad se enteró de que era hijo ilegítimo de Mastropiero, ya que se lo dijo la condesa una vez que creció, pero no le dijo nada a su hermano más que su trabajo dirigiendo la Orden de Nostradamus. Alberto Luis Daniel Ramírez tuvo una vida vinculada con la música como integrante de un grupo caribeño llamado "Los Bohíos" durante los años '60 y '70, habiendo hecho canciones como "Su bohío queda al norte". Después dejó la música y se volvió conductor del programa de radio "Radio Tertulia", con su compañero Murena, entre 1999 y 2005 y, nuevamente, entre 2014 y 2020. Debido a sus labores como conductores de radio se les concedió la responsabilidad de entregar los Premios Mastropiero en la edición de 2005, entregados por la Academia Mastropiero de las Artes, fundada en homenaje a Johann Sebastian junto con los premios. Ramírez conoció a mucha gente alguna vez relacionada con Mastropiero, como Guadalupe Luján, que tenía que cantar "Ya no te amo, Raúl" después de 70 años, pero no pudo por una “indisposición pasajera permanente” (falleció la madrugada del 30 de octubre de 2011 a los 92 años); y Diego Dalbés, responsable de una versión de "Valdemar y el Hechicero", ganadora de un Premio Mastropiero. En la edición 2005 de la entrega de Premios Mastropiero, Dalbés ganó la gran mayoría de los premios debido a que era dueño junto con su padre del Canal 4, que auspiciaba la ceremonia. En esta se presentó la última obra de Mastropiero, la cantata "Los milagros de San Dádivo", que compuso por encargo del padre Poletti con el objetivo de que aparezca en la banda sonora de alguno de los programas de TV en los que participaba Poletti. Finalmente apareció en el reality show "Gran hermana", ganador de un Premio Mastropiero a Mejor programa religioso. Esta cantata fue la obra N°800 en ser compuesta por Mastropiero, durante la etapa final y moribunda del compositor (es acreditada en "Gran hermana" como cantata opus 0800-DADIVO). Había prometido que sus próximas composiciones no serían estrenadas, pero no cumplieron dicha promesa esta cantata y el Himno exorcista. Por eso, ambas son consideradas las "obras póstumas de Mastropiero". Ramírez también conocía a su anciana tía Clarita, sin saber que era hermana de Mastropiero, incluso la invitó junto con su amiga Rosarito a dar clases de cocina y música en uno de los programas de "Radio Tertulia". En 2008 le encargaron una tesis sobre la "Influencia de la semiología estructuralista musicológica en las obras de Mastropiero" y, para realizarla, hizo unas sesiones de terapia con Murena, también psicólogo. En estas sesiones, Ramírez le decía a Murena que tenía sueños y alucinaciones extrañas, que consistían en obras de Mastropiero, como su "Blues para solo de piano" y su oratorio "Las ratas". Finalmente, en 2015, el abad le contó a su hermano menor que era hijo de Mastropiero, para hacérselo saber a Murena, quien logró curarlo. Alberto Luis Daniel Ramírez finalizó la tesis y descubrió su verdadera identidad.
Hasta ahora, lo último que se identificó de la vida de Mastropiero fueron el Himno exorcista y la cantata Los milagros de San Dádivo. Después de sus estrenos, se les hicieron entrevistas al abad Ramírez y al padre Poletti acerca de estas obras. Sus declaraciones fueron que Mastropiero había compuesto casi 600 obras desde su exilio hasta su muerte, en los años '60. También ambos confirmaron el opus que le correspondían a ambas: 666 y 800 (aunque en "Gran hermana" es acreditada a opus 0800-DADIVO), respectivamente. Ramírez recordó haber escuchado el himno exorcista tocado por su padre ilegítimo por el año 1964, mientras que Poletti recordó haber recibido los derechos de Los milagros de San Dádivo entre junio y agosto de 1967, ratificando a la vez que oficialmente había sido lo último que escribió el célebre compositor, ya que un mes después falleció, según la mayoría de las teorías. Además, con estas declaraciones del padre Poletti se descartaron otras teorías que explicaban que Johann Sebastian había fallecido muchísimo antes. Por ejemplo, el diario Actualidad Musical, que lo había criticado anteriormente, teorizaba que se suicidó pocos días después de desaparecer para siempre, en 1959.
Obras más relevantes:
Período temprano (opus 1-67)
- Ópera "Sión y el judío errante" (op. 1) (1909)
- El conejito inocente (op. 2) (1910)
- Viva la libertad (op. 3) (sobre versos de poeta anónimo, desaparecido durante la dictadura de Eutanasio Rodríguez) (1910)
- Canción de homenaje a Eutanasio (op. 4) (1911)
- Lazy Daisy (op. 6) (1912)
- Madrigal reminiscente "Té para Ramona" (op. 7) (1922)
- Banda sonora del western "El látigo y la diligencia" (op. 12) (1927)
- Música de acompañamiento de la película muda "Kathy, la reina del saloon" (op. 13) (1927)
- Blues para solo de piano (op. 14) (1927)
- Aleluya (op. 15) (1927)
- Ciclo de sonatas para violín y piano (op. 17) (1928)
- Sonata N° 1
- Sonata N° 2
- Sonata N° 3
- Sonata N° 4
- Ciclo de canciones levemente obscenas (op. 21) (1929)
- Canción a la cama del olvido
- Si te veo junto al mar
- El polen ya se esparce por el aire
- Cantata de la planificación familiar (op. 22) (1929)
- Chacarera del ácido lisérgico (op. 24) (1929)
- Zamba de la ausencia atormentada (op. 25) (sólo la música, la letra son versos de Pantaleón Rosales, basados en la recopilación que Zenón Wenceslao Prado realizó de las famosas coplas de “Dolor y ausencia”) (1929)
- Quinteto para vientos (op. 28) (1929)
- Ópera "Cardoso en Gulevandia" (op. 30) (1930)
- Tango "Gloria García" (op. 31) (1930)
- Gloria (op. 32) (1930)
- Berceuse (op. 36) (1930)
- Ballet "El lago encantado" (op. 37) (1930)
- Cuarteto para cuerdas "A Matilde" (op. 44) (1931)
- Balada "A la playa con Mariana" (op. 45) (1931)
- Epopeya de Edipo de Tebas (op. 47) (1931)
- Divertimento "Teorema de Thales" (op. 48) (1931)
- Scherzo concertante "El alegre cazador que vuelve a su casa con un fuerte dolor acá" (op. 53) (1931)
- Concerto grosso alla rustica (op. 58) (1932)
- Oratorio para niños "Las ratas" (op. 60) (1932)
- Candonga de los colectiveros (op. 61) (1932)
- Boleró (op. 62) (adaptación de la obra homónima de un compositor francés) (1932)
- Cantata Laxatón (op. 65) (sobre textos extraídos del prospecto de un laxatón) (1932)
- Canción a la independencia de Feudalia (op. 66) (1932)
- Oratorio "Los noticiarios cinematográficos" (op. 67) (1932)
Período medio (opus 68-140)
- Música proselitista en do mayor (op. 68) (1934)
- Merengue "El negro quiere bailar" (op. 70) (1934)
- Cuento sinfónico "Teresa y el oso" (op. 72) (1934)
- Ópera "Il sitio de castilla" (op. 73) (sólo la música, el libreto es acreditado a Ferruccio Portimiglia, Giangiuseppe Ognialtri, Ramiro Cildáñez, Camiluzzi, Caldocane, Ospedalicchio y Lazzaretti) (reestreno: música compuesta en colaboración de Azuceno Mastropiero) (versión antigua estrenada en 1934/1956)
- Ciclo de sonatas a Beatrice Corsini (op. 74) (1935)
- Sonata apasionata
- Sonata romántica
- Sonata risueña
- Sonata gorda
- Madrigal "Amami, oh Beatrice" (op. 75) (1935)
- Ya no te amo, Raúl (op. 77) (1935)
- Ópera "Ariadna y Teseo" (op. 78) (1935)
- Concierto para violín y orquesta (op. 79) (1936)
- Ópera "Non voglio mangiare: no, no e no" (op. 81) (1936)
- Ballet "Las Sílfides, y cómo prevenirla" (op. 82) (1937)
- Nomenclátor sacro-polifónico "Gloria Hosanna, that's the question" (op. 83) (1938)
- Comedia musical "Valdemar y el Hechicero" (op. 85) (1939)
- Cumbia "Dilema de amor" (op. 88) (1940)
- Ópera "Las bodas del Rey Pólipo" (op. 100) (1940)
- Opereta "El cruzado, el arcángel y la harpía" (op. 101) (1940)
- La excursión de los amigos (op. 104) (1940)
- Vals "Aria agraria" (op. 107) (1940)
- Ciclo N° 1 de sinfonías (op. 109) (1940)
- Sinfonía N° 1
- Sinfonía N° 2
- Sinfonía N° 3 "Fogosa"
- Ciclo N° 2 de sinfonías (op. 110) (1940)
- Sinfonía N° 4
- Sinfonía N° 5
- Sinfonía N° 6
- Sinfonía N° 7 "Patética"
- Ciclo N° 3 de sinfonías (op. 111) (1941)
- Sinfonía N° 8 "Improvisada"
- Sinfonía N° 9 "Imperfecta"
- Sinfonía N° 10 "Mamarracho"
- Ciclo N° 4 de sinfonías (op. 114) (1941)
- Sinfonía N° 11
- Sinfonía N° 12
- Sinfonía N° 13
- Sinfonía N° 14
- Trío para violín, violonchelo y piano (op. 115) (1941)
- Ópera "Arquímedes de Siracusa" (op. 117) (1941)
- Ciclo N° 5 de sinfonías (op. 120) (1942)
- Sinfonía N° 15 "Reflexiva"
- Sinfonía N° 16 "Inconclusa"
- Sinfonía N° 17 "Impotente"
- Oi gadóñaya (op. 122) (sólo la música, la letra pertenece a un poeta ucranio anónimo) (1942)
- Suite "La vida es hermosa" (op. 124) (1942)
- Opereta "El Zar y un puñado de aristócratas rusos huyen de la persecución de los revolucionarios en un precario trineo, desafiando el viento, la nieve y el acecho de los lobos" (op. 125) (1942)
- Madrigal "La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa" (op. 126) (1943)
- Banda sonora de la película "El asesino misterioso" (op. 129) (1943)
- Banda sonora del cortometraje documental "Visita a la Universidad de Wildstone"(op. 130) (1944)
- Himno para la convención de admiradores de Miles Flanagan (op. 134) (1944)
- Banda sonora de la serie "Hospital de urgencias" (op. 136) (1945)
- Banda sonora de la serie "Masacre" (op. 137) (1945)
- Banda sonora de la serie "El escuadrón canino" (op. 138) (1945)
- Banda sonora de la serie "Deber imposible" (op. 139) (1945)
Período tardío (opus 141-220)
- Cantata del adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto, y de cómo se desenvolvió (la letra es un poema anónimo basado en el diario de viaje de Rodrigo Díaz de Carreras) (op. 141) (1946)
- De cómo la princesa Cunegunda de Rochester se burló de su enamorado Robin de la Parmentiere, en complicidad con su paje, y de cómo despreció sus instrumentos musicales uno a uno (op. 144) (1946)
- Ópera "Don Juan Tenorio o el Burlador de Sevilla, una de dos" (op. 157) (1947)
- Sólo necesitamos (sólo la música, la letra son versos de Harvey Johnson) (op. 162) (1947)
- Sonata en Mi bemol (op. 163) (1947)
- Sonata para violín, violonchelo y piano "Para Elisabeth" (op. 164) (1947)
- Fuiste la única, Elisa (op. 165) (1947)
- Cantata "Te has ido, oh ilustre, oh abnegado, obstetra" (op. 168) (1948)
- Pepper Clemens sent the messenger, nevertheless the reverend left the herd (unión de las versiones distintas de "Te has ido, oh ilustre, oh abnegado, obstetra" en una sola obra para repudiar al doctor von Utter) (op. 169) (1948)
- Suite antológica (op. 170) (1948)
- Teorema de Thales
- Epopeya de Edipo de Tebas
- Boleró
- Los noticiarios cinematográficos
- Suite televisiva (plagio)
- Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras
- Serenata que cantó el novio la víspera de la boda (op. 189) (1949)
- Cuarteto concertante para trombón, organistrum, lira y percusión "Loas al cuarto de baño" (op. 194) (1950)
- Ciclo de serenatas a Cristina García (op. 200) (1952)
- Serenata tímida
- Serenata astrológica
- Serenata intimidatoria
- No te olvido, Cristina (op. 201) (1952)
- Ópera "La cortesana de Lamermoor" (op. 208) (1953)
- Ópera "El suplicio de sor Angélica" (op. 209) (1954)
- Ópera "La hija de Escipión" (op. 210) (1955)
- Romance del joven conde, la sirena y el pájaro cucú... Y la oveja (op. 213) (1955)
- Bolero "Perdónala" (supuesto plagio a la "Sinfonía N° 3" de Günther Frager) (op. 219) (1957)
Período "póstumo" (fueron compuestas casi 600 obras y sólo 2 fueron estrenadas mucho después del fallecimiento del compositor)
- Himno exorcista (op. 666) (1959-1967 (?)/estrenada en 1999)
- Cantata "Los milagros de San Dádivo" (op. 800) (1959-1967 (?)/estrenada en 2005)
Johann Sebastian Mastropiero tiene el crédito de haber escrito exactamente 800 obras, pero sólo poco más de la cuarta parte fueron estrenadas, exactamente 221 obras de 800 tuvieron presentación oficial. Los opus 1-219 son las obras clásicas y las más conocidas del repertorio y se les suman la opus 666 y la opus 800 (estrenadas póstumamente) para que, en total, sean 221.
Amantes:
- Condesa Shortshot (1912-1932)
- Henriette Leforquière (1927)
- Gundula von von Lichtenkraut (1928)
- Teodora Fluckweidel (1930)
- Sue Ann Morgan (1930)
- Duquesa Sofía von Stauben (1931)
- Archiduquesa Ursula von Zaubergeige (1931)
- Gitana Azucena (1934)
- Beatrice Corsini (1935-1942)
- Natasha Frotalascova (1942)
- Duquesa de Lowbridge (1943)
- Genoveva de Lowbridge (1943)
- Matilde de Lowbridge (1943)
- Elisabeth (1947)
- Cristina (1952)
- Lucía Fernández (1959)
Viajes:
- Milán, Italia (1886/1959-1967)
- Munich, Alemania (1886-1909)
- Roma, Italia (1909-1910/1912)
- República de Banania (ficticia) (1910-1911)
- Nueva York, Estados Unidos (1911-1912)
- Viena, Austria (1912-1932)
- Nápoles, Italia (1913)
- Glasgow, Escocia (1914)
- Londres, Inglaterra (1915)
- Berlín, Alemania (1916)
- Valencia, España (1917)
- Versalles, Francia (1918)
- París, Francia (1927/1934-1935/1938-1940)
- Praga, República Checa (Checoslovaquia) (1928)
- Salta, Argentina (1929-1930/1932-1933)
- Buenos Aires, Argentina (1930/1933)
- Concordia, Argentina (1932)
- La Habana, Cuba (1933)
- Alpes de Austria (1933)
- República de Feudalia (ficticia) (1933)
- Tokio, Japón (1933)
- Mantua, Italia (1935-1938)
- Moscú, Rusia (Unión Soviética) (1938/1942)
- Barcelona, España (1940-1942)
- Oxford, Reino Unido (1942-1943)
- Los Ángeles, Estados Unidos (1943-1945)
- Sevilla, España (1945-1949)
- Bosque de Regenwald (1947)
- Riad, Arabia Saudita (1949)
- Madrid, España (1949-1959)
Hijos
Hijos Shortshot
- Giovanni Colpocorto (1913-1973)
- Patrick McKleinschuss (1914-1972)
- Johnny Littlebang (1915-1976)
- Mario Abraham Kortzclap (1916-1980)
- Rafael Brevetiro (1917-1971)
- Anatole Tirecourt (1918-1986)
Hijo legítimo
- Azuceno Mastropiero (1934-2005)
Hijos Ramírez
- Abad (1930-)
- Alberto Luis Daniel Ramírez (Conductor de radio) (1932-)
- Anticristo (1999-)
Familia Mastropiero
- Luigi Mastropiero (padre) (1852-1942)
- Milan Mastropiero (madre) (1865-1937)
- Matilde Mastropiero (tía) (1851-1930)
- Harold Mastropiero (hermano gemelo) (1886-1939)
- Clarita Mastropiero (hermana) (1901-2014)
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